Los contratiempos son una constante en los rodajes del cine, donde
acabar una película en el tiempo fijado y con el presupuesto previsto no
es tan frecuente como debiera. A veces, la serie de catastróficas
desdichas es tan larga que se considera al film gafado. Pero todavía hay
un puñado de películas que han adquirido, muy a su pesar, la etiqueta
de malditas por las terribles calamidades vinculadas a ellas.
Curiosamente, algunas están vinculadas al género del terror o el
suspense con toques demoniacos. ¿Coincidencia?
Da mal rollo sólo de pensarlo, pero
La semilla del diablo,
El exorcista y
La profecía son películas unidas por el demonio,
que aparece o se manifiesta en todas ellas, y también por la desgracia.
Varias muertes se produjeron en sus rodajes, o inmediatamente después,
por lo que el calificativo malditas les viene como anillo al dedo. Otra
trilogía, la de
Poltergeist, es considerada el paradigma de
toda maldición. En su caso, en vez de Satán aparecían espíritus
malignos, pero el balance final fue igual de macabro o más.
Sin embargo, hay un largometraje que supera a los seis anteriores a
la hora de haber resultado letal para los miembros del equipo. Es
El conquistador de Mongolia, que tiene el triste honor de tener el récord de fallecimientos vinculados a un film.
De las 220 personas que participaron en el rodaje en 1956, 91 habían
desarrollado algún tipo de cáncer 25 años después, y 46 habían muerto,
entre ellas los actores principales y el director. La causa probable fue
la contaminación con radiactividad porque se rodó en el desierto de
Nevada cerca de donde el ejército de Estados Unidos realizó pruebas
nucleares.
Otras películas han dejado un reguero de fallecidos tras ser estrenadas.
Los tres actores principales y uno de los secundarios de
Rebelde sin causa fallecieron antes de los 45 años y no por causas naturales. A
Vidas rebeldes
le pasó tres cuartas partes de lo mismo, aunque en su caso las trágicas
muertes de algunos de los actores sí fueron por culpa de enfermedades.
Finalmente, fallecimientos en el propio rodaje bajo la luz de los focos
también se han visto. El más famoso se produjo en el film
El cuervo
cuando el protagonista murió tras recibir una bala de verdad en vez de
una de fogueo. En su caso, la supuesta maldición le venía de familia, y
tampoco pudo huir de ella.
En la fotogalería puedes ver con más detalle las
consecuencias de las hipotéticas maldiciones sufridas por estas ocho
películas.
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El conquistador de Mongolia/Fotograma. |
Ante la
pregunta de cuál es la película más maldita de la historia del cine sólo
cabe una respuesta si creemos en el mal de ojo:
El conquistador de Mongolia.
Lo de menos fue su fracaso de crítica y taquilla. Este filme sobre
Gengis Khan fue rodado en el desierto de Nevada, cerca de un lugar donde
el ejército de los Estados Unidos había realizado pruebas nucleares.
Entonces, en 1956, 220 personas participaron en el rodaje. 25 años
después, 91 habían enfermado de algún tipo de cáncer, y de éllas, 46
habían muerto. En la lista de fallecidos estaban los dos actores
protagonistas, John Wayne y Susan Hayward (ambos en la foto), además de
Agnes Moorehead, Pedro Armendáriz y William Conrad. También murió por
culpa de esa enfermedad el director Dick Powell.
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Poltergeist./Fotograma. |
Para el público, la saga maldita del cine por excelencia es la de
Poltergeist.
Tres películas se rodaron de la misma, con un saldo de cuatro muertes
durante la realización de las mismas y al poco tiempo de finalizar el
rodaje. La primera muerte desgraciada fue la de la actriz Dominique
Dune, que murió estrangulada por su novio a los 22 años de edad justo
antes del rodaje del segundo filme. El siguiente fue el actor Julian
Beck, villano fantasmal del segundo largometraje, que murió de cáncer
antes de que se realizara la tercera entrega de la saga. Un año antes de
Poltergeist III también murió el actor indio Will Sampson, que
había dado vida a un brujo en la segunda película de la trilogía. En su
caso, la muerte se produjo por una complicación tras un trasplante de
corazón y pulmón. Pero la tragedia más famosa relacionada con esta saga
llegó con la muerte de la actriz de 12 años Heather O'Rourke,
protagonista de la saga. Sufrió una obstrucción intestinal que derivó en
un fallo cardíaco y un schock séptico.
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La profecía./Fotograma |
La leyenda negra también persigue a la película
La profecía,
que pudo ser mucho más sangrienta de lo que se vio en la gran pantalla.
¿Culpa del demonio? El actor principal Gregory Peck y el guionista
David Seltzer viajaban en avión cuando un rayo impactó en la aeronave,
por fortuna sin crear daños graves. Hasta aquí todo normal, pero es que
lo hacían en vuelos diferentes. Todavía durante el rodaje del filme, Peck
anuló otro viaje en avión, y éste se estrelló. En el accidente
fallecieron todos los pasajeros. Otro que vivió un susto fue el
director, Richard Donner, que se alojó en un hotel en Londres que sufrió
un atentado del IRA. Además, los rottweiler utilizados en el filme
atacaron a su adiestrador y un león que salía en la escena del zoo mató a
un guardián del mismo. La tragedia todavía golpearía a alguien más. Un
año después, el director de efectos especiales John Richardson sufrió un
accidente de tráfico en el que murió su acompañante. Lo macabro del
suceso fue que lo hizo decapitada, igual que moría uno de los personajes
de
La profecía, y que la muerte se produjo, según cuentan, junto a una señal que ponía
Omen, 66,6 km. El título inglés de la película es The Omen y el 666 es el número del Anticristo.
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El Exorcista./Fotograma. |
Otro filme maldito relacionado con el diablo, en este caso con posesiones y exorcismos, fue el de
El exorcista.
El supuesto mal de ojo afectó, al principio, al rodaje, lo que llevó al
director, William Friedkin, a pedir a un sacerdote que hiciera un
exorcismo de verdad para alejar al diablo después de que ardieran varios
decorados y se produjeran todo tipo de contratiempos inexplicables. Sin
embargo, la muerte también haría acto de aparición. Durante el rodaje
fallecieron el actor Jack MacGowran y la actriz Vasiliki Maliaros. Según
las fuentes que se consulten, entre dos y siete personas más
relacionadas con la película o con miembros del equipo de rodaje
perdieron la vida durante la realización del largometraje, aunque
algunas parecen fruto de la leyenda negra que la propia película cultivó
para triunfar en taquilla.
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La semilla del diablo./Fotograma. |
La maldición sufrida por el filme
La semilla del diablo
está relacionada con el lugar en el que se rodó: el edificio Dakota. Al
director Roman Polanski se lo recomendaron por la historia negra que
tenía detrás, y el cineasta accedió para mejorar el toque satánico de la
cinta. Al año siguiente del estreno, el compositor de la música,
Krzysztof Komeda, falleció por un coágulo cerebral, de forma similar a
uno de los personajes de
La semilla del diablo. Ese mismo año,
1969, la pareja del director, la actriz Sharon Tate, que participó como
extra en la película, fue asesinada por Charles Manson y su secta cuando
estaba en su casa con unos invitados. Embarazada de ocho meses, recibió
16 puñaladas y su cadáver fue colgado. ¿El edificio Dakota fue el
culpable? Lo cierto es que años más tarde, en 1980, John Lennon también fue
asesinado saliendo del mismo. Coincidencia o no, la muerte se relaciona
mucho con los que estuvieron alguna vez en él.
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Vidas rebeldes./Fotograma. |
El largometraje
Vidas rebeldes (1961) contó con cuatro
estrellas protagonistas: Clark Gable, Marilyn Monroe, Montgomery Clift y
Elli Wallach. Los tres primeros fallecieron en un periodo de cinco años
desde que se acabó el rodaje. El primero fue el más veterano de todos.
Gable: en la foto, murió 12 días después de acabar el filme víctima de un
ataque al corazón. Un año más tarde le llegó el turno a la actriz. La
muerte de Marilyn: en la foto, por una sobredosis de barbitúricos sigue dando
de qué hablar casi medio siglo después. ¿Suicidio, asesinato? Por
último, Montgomery Clift perdió la vida en 1966 después de una larga
espiral de autodestrucción abusando de las drogas y el alcohol con
accidente de coche incluido tras el que le tuvieron que reconstruir el
rostro.
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Rebelde sin causa./Fotograma. |
El célebre actor James Dean (en la imagen) murió a los 24 años al estrellarse con su coche en 1955, meses después de rodar
Rebelde sin causa.
Su Porsche Spyder 550 alcanzó la categoría de maldito, y también ese
filme porque la suya fue la primera de una serie de muertes extrañas
ocurridas a miembros del reparto antes de cumplir los 45 años. La
siguiente fue la de Nick Adams en 1966. Actor secundario en
Rebelde sin causa,
perdió la vida por una sobredosis. Sal Mineo, otro de los intérpretes
principales, fue acuchillado en la calle 10 años más tarde en un asalto.
No había cumplido aún 38 primaveras. Y, finalmente, la actriz Natalie
Wood murió en circunstancias sospechosas y aún no aclaradas (¿asesinato,
suicidio o accidente?) en 1981, tras caer al agua desde el yate en el
que pasaba unos días con su marido, Robert Wagner, y con Christopher
Walken, ambos actores conocidos. Tenía 43 años.
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El Cuervo./Fotograma |
La muerte del actor Brandon
Lee ha sido una de las más famosas en la historia del cine. A falta de
ocho días para terminar el rodaje de El cuervo, recibió un
disparo letal de una pistola Magnum 44. La bala debía ser de fogeo, pero
por extrañas circunstancias aún no aclaradas resultó ser auténtica.
Tenía 28 años y con su muerte consolidó una maldición familiar porque su
padre, el legendario Bruce Lee, también falleció en otro rodaje. Fue en
el de Juego de la Muerte. El luchador sentía unos terribles
dolores de cabeza y se acostó un rato tras tomarse un analgésico. Cayó
en coma y no se recuperó. Curiosamente, en esa película, su personaje
simulaba una muerte en un rodaje para escapar de unos mafiosos.
¿Premonitorio?
fuente:lainformacion.com
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