30/3/11

El suicidio de Virginia Woolf

La escritora acababa con su vida hace 70 años hundiéndose un el río con piedras en los bolsillos. La interpretación que hizo Nicole Kidman de la inglesa le valió un Oscar

Una imagen de la escritora Virginia Woolf.foto.fuente:lavanguardia.es

Sumergiendo su cuerpo en el río con los bolsillos llenos de piedras para impedir poder salir a flote. Así acabó con su vida la escritora Virginia Woolf el 28 de marzo de 1941, hace 70 años. Dominó como pocos el género epistolar y quizá por eso se despidió de su esposo con una emotiva carta de despedida.

Tras su muerte, la que es considerada una de las mejores novelistas en lengua inglesa quedó relegada al olvido hasta que en la década de los 70 se empezó a rescatar su obra. Su modelo de mujer que se había rebelado a la sumisión masculina había encandilado al movimiento feminista. Así fue como se empezaron a desempolvar obras como Mrs Dalloway, Las Olas. Orlando... Lo relataba Lluís Permanyer en Recuperación de Virginia Woolf, un texto en el que además se describía de forma minuciosa la muerte de la gran escritora.

Amiga de grandes como James Joyce o Marcel Proust, Adeline Virginia Stephen se educó en un ambiente completamente literario y formó parte del grupo Bloomsbury, un clan iconoclasta y rebelde que renegaba de la clase media. Allí conoció al que más tarde sería su marido, Leonard Woolf, del que adoptó el apellido con el que pasaría a la posteridad.

Ligada a Londres
La escritora británica mostró en muchos de sus relatos su pasión por Londres. Un hecho que quedó del todo constatado cuando en 2005 aparecía un texto inédito de Woolf: Retrato de una londinense.

A través de su obra
Sucede con la mayoría de escritores que la mejor manera de conocerlos es a través de su obra. El caso de Virginia Woolf no es una excepción. Y su visión del mundo, nada conformista, se evidencia en todas las líneas que escribió, especial (y evidentemente) en sus diarios, que escribió periódicamente durante casi tres décadas. En el primero de ellos, Un momento de libertad, Woolf se despachaba a gusto con sus amigos: de Joyce, por ejemplo, destacaba que era "insignificante, egocéntrico, aburrido y que decía porquerías". También los viajes hablaban de la escritora. En 1920 Virginia visitó la Alpujarra y relató su inmersión en aquella España profunda del primer cuarto del siglo pasado.

En 1982, cuando se conmemoraban 100 años de su nacimiento, el mundo recordaba a la escritora a través de obras como Una habitación propia, convertida en un símbolo feminista.

Woolf, a escena
¿Quién teme a Virginia Woolf? fue una obra de teatro y más tarde una película de éxito. Pero la historia de escritora inglesa llegó a la gran pantalla en 2002 metida en el cuerpo de Nicole Kidman. La actriz australiana se "afeó" para dar vida a Virginia Woolf en la película Las horas, dirigida por Stephen Daldry. La espectacular transformación e interpretación llevó a Kidman al olimpo de los actores: fue premiada con un Oscar.

12/3/11

La casa de Gatsby, una ruina

La mansión podría ser demolida porque su propietario no encuentra comprador

Fotograma de la película El gran Gatsby.foto.fuente:elmundo.es

Una de las mansiones coloniales que inspiró al escritor estadounidense F.Scott Fitzgerald para escribir una de sus novelas más aclamadas, 'El gran Gatsby', podría ser demolida, ya que su actual propietario no le encuentra comprador.

La propiedad, que data de 1902, tiene 25 habitaciones y se llama 'Lands End'. Está situada en la localidad de Sands Point (Long Island), cuenta con más de 50.000 metros cuadrados y está valorada en 30 millones de dólares, pero no ha encontrado comprador.

Francis Scott Fitzgerald (1896-1940) publicó en 1925 esta novela que transcurre tres años antes en una mansión de la costa norte de la isla neoyorquina de Long Island, refleja la opulenta sociedad estadounidense que habitaba esa área después de la I Guerra Mundial y relata la relación sentimental entre Jay Gatsby y Daisy Buchanan.

La mansión, según el diario, pertenece a David Brodsky, que ha intentado venderla sin éxito en los últimos años y cuyo mantenimiento diario se calcula en unos 4.500 dólares, pues algunas de sus partes más destacadas, como las columnas dóricas de su porche, se están cayendo.

Esta propiedad, que cuenta con pistas de tenis y una gran piscina exterior, es considerada una de las más bellas del área neoyorquina. Originalmente se llamaba 'Keewaydin' y perteneció al director ejecutivo del diario New York World, Herbert Bayard Swope.

A las fiestas que en ella se celebraron asistieron personalidades como los duques de Windsor, Dorothy Parker, Groucho Marx o los mismos Fitzgerald, que vivían en una mansión cercana que todavía se conserva.

Otra de las grandes casas que aparecen en esa novela, de lectura obligatoria en escuelas y universidades estadounidenses, y que se llamaba 'Beacon Towers' en realidad, y en la ficción 'West Egg', fue demolida en 1945.

8/3/11

Benicio del Toro burla con cine el embargo de EE UU sobre Cuba

El actor debuta tras la cámara en el filme colectivo Siete días en La Habana

El productor Álvaro Longoria (izquierda) y Benicio del Toro, la semana pasada en La Habana.foto:EFE.fuente:elpais.com

Por su plasticidad y encanto, retratar La Habana puede parecer sencillo. Pero nada de eso. Si uno no se conforma con los topicazos de siempre y pretende trascender la estética de los viejos coches americanos, el embrujo de las mulatas y los edificios a punto del derrumbe, penetrar en la esencia de esta ciudad tan especial, no digamos de sus gentes, es más que un reto.

A este desafío, no sin cierto vértigo, se enfrentan estos días en la capital cubana siete cineastas de amplia trayectoria y diversa procedencia. Son Benicio del Toro -que se estrena como director en este proyecto colectivo-, el francés Laurent Cantet, el español Julio Medem, el argentino Pablo Trapero, el palestino Elia Suleiman, el francoargentino Gaspar Noé y el cubano Juan Carlos Tabío, único realizador local invitado a participar en la película. Como guinda de lujo, el serbio Emir Kusturica protagoniza uno de los siete cortos (de 15 minutos de duración cada uno) en los que actúan, entre otros, los cubanos Vladimir Cruz, Daisy Granados, Mirta Ibarra y Jorge Perugorría.

Un lujo de elenco para siete historias habaneras -una por cada día de la semana-, que cuenta con tres guiones escritos por el novelista cubano Leonardo Padura, el coordinador de todos los argumentos. La música, con Descemer Bueno y Kelvis Ochoa en primera línea, es otro de los alicientes de Siete días en La Habana, coproducción hispanofrancesa -entre Morena Films y Films House- cuya planificación empezó hace un par de años y debió superar no pocos obstáculos.

Problemas, y no solo logísticos, propios de la coordinación de agendas en un proyecto tan complejo como este; también problemas políticos en el caso de Benicio del Toro, quien debido a las restricciones del embargo estadounidense solo puede realizar un "documental" y no un corto de ficción, para que no medie pago alguno. De acuerdo. Del Toro, que ha viajado a la isla una docena de veces, fue precisamente el encargado de abrir la lata de Siete días en La Habana.

Su historia, El Yuma, como se llama en argot a los extranjeros en Cuba, tiene guión de Padura y comenzó a rodarse el viernes en las concurridas calles del barrio del Vedado. Por supuesto, hubo alucine general de los transeúntes al comprobar que sí, que aquel tipo que gesticulaba, gritaba y dirigía en el rodaje era el famoso actor portorriqueño. "No he podido elegir mejor lugar para ponerme detrás de las cámaras", dijo nada más llegar a La Habana.

Y -aseguran los actores a su mando- se le ha dado bien lo de dirigir. El Yuma cuenta las peripecias de un turista norteamericano (Josh Hutcherson) que llega a La Habana y se hospeda en el hotel Nacional. Un taxista (Vladimir Cruz) lo jinetea y le enseña durante el día una Habana nada oficial, hasta que los dos acaban de madrugada en un show de travestis. Y de ahí a la locura. El segundo corto, Jam session, con guión de Trapero, comenzará el viernes y Kusturica es el protagonista. "Hace de él mismo. Su historia es la de un director que llega a recibir un premio al Festival de Cine de La Habana; está en un momento afectivamente muy delicado, y su taxista se convierte en su confidente y paño de lágrimas. Al final, descubre que el taxista es un músico de un talento increíble y acaban juntos en una descarga", cuenta Trapero. El reto, dice, es que "la película permita enseñar la ciudad menos conocida, el lado B de La Habana, y lograr hacerlo desde ópticas diferentes, pero guardando un equilibrio entre lo pintoresco y lo profundo para que no se sienta una postal".

Tabío, que cuenta la historia de una psicóloga que hace dulces para sobrevivir, y Cantet, que narra los preparativos de un delirante cumpleaños de santo de una hija de Ochún, también tratarán de que el desafío de Siete días en La Habana llegue a buen puerto.

3/3/11

Festicine Cartagena

" Hay que decirlo: el Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias se está sacudiendo de la inercia"

Óscar Collazos, columnista y escritor colombiano.foto.fuente:eltiempo.com

El Festival Internacional de Cine de Cartagena tenía dos alternativas después de la muerte de don Víctor Nieto, su fundador y director. Los desafíos se les presentaron también a los patrocinadores, en primer término al Ministerio de Cultura, después, a la administración distrital de la ciudad y, por último, a las empresas privadas que lanzaron salvavidas en la última década y consiguieron que el paciente flotara tragando agua y sin ahogarse.

La inercia o el cambio, no había más alternativas. El Festival de Cartagena había dejado de ser hace rato vitrina internacional. En el lenguaje de la industria cinematográfica, esto quiere decir plataforma de lanzamiento y promoción. Pese a ser el más antiguo de los festivales de Iberoamérica, los espectadores podíamos distinguir muy bien sus años de esplendor y sus años de decadencia.

La selección de las películas parecía a veces una pesca milagrosa de 'huesos' y rellenos de programación con títulos internacionales ya estrenados, y películas que circularían por circuitos comerciales. No obstante, los espectadores seguían contando con la posibilidad de ver la producción colombiana, aunque esta prefería para sus bautizos los escenarios de otros festivales.

En el Centro de Convenciones, en los salones del Hotel Caribe, en los corrillos del centro amurallado, entre cineastas, cinéfilos y cinemaníacos que llevaban años cumpliendo la cita de Cartagena, ya era un lugar común hablar de la decadencia del Festival. Su gestión era artísticamente rutinaria y desafortunada y, para colmo, económicamente deficitaria.

Lo mejor del cine latinoamericano siguió pasando por Cartagena, es cierto, pero después de haber elegido destinos más importantes, donde la industria contaba con rondas de negocios, y los creadores, con un estimulante diálogo de colegas. Hacía al menos una década, el Festival de Cartagena había perdido el tren, aunque mantuviera casi intactas las vías por donde habían circulado sus vagones durante más de 40 años: el capital humano de los cineastas.

Hubo intentos de torcerle el rumbo al festival. Solo hace dos años, a partir del 2010, se notó que la selección de películas se volvía más rigurosa. Este año, es digna de elogio. Siempre se dijo que el evento necesitaba gerencia y dirección artísticas novedosas. Por lo que sé, esto se hizo en un primer intento con la gestión de Araceli la 'Chica' Morales, cuando se limpiaron las finanzas y se estableció un vínculo nuevo con patrocinadores privados.

Hay que decirlo: el Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias se está sacudiendo de la inercia. Va a necesitar una o dos convocatorias más para que los espectadores no tengamos que correr de un escenario a otro y para evitarse "excusas" cada vez que se repiten garrafales errores técnicos. E igual o más tiempo para que se acepte que estrenar en Cartagena es tan honroso como hacerlo en Sundance, Toronto o San Sebastián.

A partir de este 51 cumpleaños, le quedan desafíos arduos: cogerle el paso a la producción alternativa de cine que no cabe en el star system y convertir a Cartagena en una plataforma iberoamericana que irradie hacia circuitos de distribución igualmente alternativos.

Producir buenas películas no es fácil. Es más fácil filmar películas de alta rentabilidad y baja calidad artística, pero ese no es problema de un festival, sino de los inversionistas de baratijas. La "marca Cartagena" debe imponer un estricto control de calidad. Lo reclama la producción cinematográfica colombiana, ahora más visible en calidad y cantidad, así como reclama un eficiente sistema de promoción nacional e internacional amparado por el Estado.

2/3/11

Spielberg pugna por llevar a la pantalla el caso de Wikileaks

Su productora DreamWorks se hace con los derechos de dos libros sobre el portal de filtraciones y su fundador, Julian Assange

Julian Assange, escoltado por policías, momentos antes de comparecer ante la prensa a la puerta del juzgado.- foto:AP.fuente:elpais.com

La vida y peripecias de Julian Assange y de su portal de filtraciones Wikileaks, que ha mostrado las vergüenzas de la diplomacia de EE UU han seducido al cineasta Steven Spielberg cuya productora, DreamWorks, ha comprado los derechos para la gran pantalla de dos ensayos de investigación sobre este ciberactivista, uno de los grandes fenómenos de Internet de los últimos meses, informa Deadline.com.

DreamWorks ha comprado los derechos de Dentro de Wikileaks: Mi días con Julian Assange y la web más peligrosa del mundo, de Daniel Domscheit-Berg, uno de los antiguos responsables del portal. También ha adquirido la productora los derechos de Wikileaks: dentro de la guerra de Julian Assange contra el secretismo, de David Leigh y Luke Harding, dos periodistas de The Guardian y que tuvieron contacto directo con Assange para publicar las primeras filtraciones del portal. Su relación fue tan estrecha que Assange llegó a esconderse de la CIA en casa de Leigh, relata Deadline.com.

Aunque las adquisiciones dejan las manos libres a DreamWorks para abordar la historia desde diversos ángulos, los inversores todavía no han elegido un guionista que dé forma a la trama. El portal baraja el nombre de Aaron Sorkin, la pluma cinematográfica tras La red social, donde también hacer inteligible un periplo de querellas y abogados como en el que se ve inmerso Assange.

Más nombres para Assange

Entre los nombres del cine que han sonado para narrar en imágenes la aventura de la mayor filtración de documentos de la historia están los de Paul Greengrass (quien dispondría de la financiación de Universal Pictures). También el guionista de En tierra hostil, Mark Boal habría encontrado socios para realizar la versión cinematográfica del artículo de Bill Keller, de The New York Times Magazine, titulado El chico que le pegó una patada al avispero , acerca de cómo esa cabecera publicó los telegramas diplomáticos del llamado cablegate.

El director Alex Gibney, también con dinero de Universal, rodará un documental sobre el tema. Lo mismo planea HBO en conversaciones con la BBC y basándose en un artículo de New Yorker titulado Sin secretos: La misión de Julian Assange por la transparencia total.