22/2/12

La bestia del cine

Álex de la Iglesia invitado de honor en FICCI Sabe, como pocos, pasar de la ciencia ficción al cine negro y del terror a la comedia. Es Álex de la Iglesia, el director que empezó escribiendo cómics y cuya película, La chispa de la vida, será la encargada de clausurar el Festival de Cine de Cartagena de Indias
Álex de la Iglesia, viene al Festival de Cartagena de Indias, donde se le tributará un homenaje a su trayectoria de realizador iconoclasta e irreverente con un profundo talento.foto.fuente:revistaarcadia.com

Sus personajes viven al límite, en situaciones de por sí extremas que son llevadas a extremos aún más insospechados. Da igual si la trama es de ciencia ficción, en código de comedia de situación, de cine negro o de película de terror. Álex de la Iglesia, cuyo nombre completo es Alejandro de la Iglesia Mendoza, ha logrado crear en la diversidad de temas, enfoques —como también de presupuestos disponibles— un sello propio que lo distingue como uno de los mejores directores de la historia del cine iberoamericano.

Desde hace bastante más de diez años se ha convertido en un icono del cine español que ha sabido llegarle a grandes públicos sin perder su esencia de cineasta de culto, estatus que adquirió en 1995 con su película El día de la Bestia, su segundo largometraje. Como lo define Mauricio Reina, crítico de cine: "Álex de la Iglesia está en la cúspide de la farsa-parodia-comedia en Iberoamérica, porque se toma tremendamente en serio unas ideas que parecen chistes tontos. Sus historias siempre están en el límite del absurdo y sus personajes en la frontera del ridículo (salvo Crímenes de Oxford, una película atípica en su obra), y sin embargo funcionan de maravilla por el perfeccionismo de su dirección. En otras manos sus películas serían una soberana ridiculez; en las suyas son admirables estallidos creativos, y además son divertidísimas".

Defensor a ultranza de Internet, plataforma a la que definió como "la salvación del cine", alguna vez expresó que si en su vida no hubiera estado el cine habría sido un terrorista, un psicópata o un asesino en serie. Álex de la Iglesia nació en Bilbao el 4 de diciembre de 1965 y desde niño se destacó como el raro de la clase. En vez de jugar al fútbol como todos, dedicaba su tiempo a ver películas antiguas y leer cómics. Precisamente comenzó su carrera artística como dibujante de comics mientras estudiaba la carrera de licenciado en filosofía de la Universidad de Deusto, de la Compañía de Jesús (a la que le hizo homenaje en su película El día de la Bestia, de donde es catedrático en teología el padre Ángel Berriartúa, el protagonista). En la universidad, según él mismo recuerda, frecuentó el bar y el cineclub y también fundó un club de juegos de rol.

De los cómics al cine no había sino un paso, que no todos son capaces de dar. De la Iglesia aprovechó sus dotes de dibujante y diseñador para ingresar al mundo del espectáculo como decorador y luego director artístico de televisión. Su amigo, el director Enrique Urbizu, lo contrató para que diseñara el afiche de Tu novia está loca, su primera película, que realizó en 1988. Tres años más tarde Urbizu lo contrató como decorador de Todo por la pasta, otro de sus largometrajes. También se desempeñó como diseñador de escenarios en la televisión vasca, en la que, además, realizó bromas a personajes famosos en el programa Inocente inocente.

En 1991, mientras desempeñaba sus oficios en la televisión, debutó como director con el corto Mirindas asesinas, filmado en blanco y negro, y que mostraba la gran afición de De la Iglesia por el cine negro y de terror. El éxito en festivales de este cortometraje animó a Pedro Almodóvar y su productora El Deseo a producir Acción mutante, el que sería el primer largometraje de Álex de la Iglesia. La premisa de la película es muy simple. En un mundo dominado por la belleza y la perfección, los discapacitados deben entrar en la clandestinidad para luchar por sus derechos en un mundo que los ignora. Un grupo de ellos organiza un escuadrón terrorista al que denominan "Acción Mutante", que se dedica a sembrar el caos y la anarquía.

Su siguiente largometraje fue El día de la Bestia, una idea que rondaba por su cabeza desde sus días en la universidad, y que tuvo que esperar varios años para que pudiera ser llevada a la pantalla. No era fácil convencer a un productor para que se arriesgara a financiar un proyecto basado las profecías del Apocalipsis y que ocurría en Madrid. Pero, contra cualquier pronóstico, la película fue un gran éxito de taquilla y, además, logró varios galardones en los Premios Goya y en los festivales de Géradmar y Bruselas. Así la definió Fernando Morales en el diario El País, de Madrid: "Acción a toda pastilla, música heavy y crítica televisiva para un oscuro esperpento que barrió en las taquillas españolas".

Dos años más tarde, De la Iglesia rodó Perdita Durango, una historia de amor entre bandidos que sucede en la frontera entre México y Estados Unidos. A esa altura de su carrera se hablaba ya de un cineasta con una voz propia, sin importar si sus películas eran de ciencia ficción, terror o sexo y violencia en la salvaje frontera de México y Estados Unidos. Así que nada tuvo de extraño que Muertos de risa, su cuatro largometraje, fuera un homenaje a las parejas de humor tipo El Gordo y El Flaco. En este caso se trataba de Nino y Bruno, la mejor pareja cómica del humor español de los setenta. En el 2000, De la Iglesia volvió a sacarla del estadio con La comunidad, una película en la que lleva a extremos insospechados el horror que puede generar la vida en un edificio de apartamentos. Humor, suspenso, terror y acción, en una trama protagonizada por Carmen Maura. Lo que al comienzo parece una divertida comedia acerca de una vendedora de finca raíz que se aprovecha de su cargo para pasarla bomba en apartamentos ajenos, termina en una trama macabra que saca a relucir lo peor de la especie humana.

Con 800 balas, de 2002, De la Iglesia armó todo un tinglado de celos, envidias y heridas mal cicatrizadas del pasado, a partir de un espectáculo que se les ofrece a los turistas que visitan en Almería, en el desierto de Tabernas, los viejos escenarios donde se rodaron "spaghetti westerns" de Sergio Leone. Después vino Crimen ferpecto en 2004. De nuevo una película que comienza en tono de comedia de situación y que desemboca en suspenso y acción, cargada de humor negro y escenas al límite. Al igual que en El día de la bestia, el climax de horror de Crimen ferpecto (un incendio que devora un gran almacén de departamentos) es la Navidad, los jingles y los decorados.

En 2007 dio un salto grande, ya que dirigió Los crímenes de Oxford, una película bastante atípica en su producción, que se basó en la novela Crímenes imperceptibles, del escritor argentino Guillermo Martínez. Se trata de una película de suspenso, en la que un joven alumno y un veterano profesor de Oxford intentan descifrar una serie de crímenes a través de códigos matemáticos que les permiten encontrar el patrón de las pistas que les deja el asesino. Posteriormente dirigió Balada triste de trompeta, una película que se inicia durante la Guerra Civil Española y luego pasa a los años setenta, en las postrimerías del régimen de Franco. Esta película ganó los premios a mejor director y mejor guión en el Festival de Venecia de 2010, año en el que Quentin Tarantino, gran admirador de la obra de De la Iglesia, fue presidente del jurado.

Su más reciente estreno fue La chispa de la vida, un drama en el que el protagonista es un publicista desempleado que muchos años atrás había inventado el eslogan "La chispa de la vida" para Coca Cola. Sufre un accidente que se transmite en directo por televisión y decide hacer de su agonía un negocio. En estos días adelanta su proyecto Las brujas de Zugarramurdi, una comedia de terror.

Pero De la Iglesia también tuvo tiempo para desarrollar algunos cortos. Además de Mirindas asesinas, rodó Enigma en el bosquecillo, protagonizado por Mozart y Salieri. Y, en código de falso documental, Hitler está vivo y El código, cuyos protagonisatas son el Führer (que supuestamente vive en Brasil en 1970) y Leonardo da Vinci, en la Florencia de 1493. Para la televisión realizó el corto "La tragedia de Franco", un falso documental para el programa Buenfuente y que rodó en Beijing. También sacó tiempo para escribir la novela y el videojuego Marvella antivicio.

También le dedicó dos años al gremio de la cinematografía como presidente de la Academia de las Artes y Ciencias de la cinematografía de España, cargo que ocupó entre junio de 2009 y abril de 2011. Dejó el cargo por estar en desacuerdo con la Ley Sinde, que pretende restringir la posibilidad de que las páginas web compartan material sujeto a derechos de autor.

Una vida dedicada al cine y a contar historias. En suma, a divertirse. En su caso, una muy divertida fiesta en la que cohabitan sin ningún problema vendedores de ropa para dama, vaqueros del falso oeste de Sergio Leone, mutantes de serie B, publicistas desempleados, empleadas de inmobiliarias y teólogos expertos en el Apocalipsis de San Juan. Como dirían en Bogotá: una fiesta bestial.

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