24/11/09

El tercer hombre

La mítica película de Carol Reed cumple los 60 años convertida en una joya del cine. En Viena, aún hoy, se pueden encontrar referencias al filme y las sombras de Harry Lime.

La sonrisa del diablo.El momento en el que aparecer Harry Lime (Welles) con vida.

ADN.es
Hace 60 años, El Tercer Hombre, una de las películas míticas de la historia, ganó el gran premio del Festival de Cine de Cannes, el premio a la mejor película de la British Academy y el Oscar de 1950 por la mejor cinematografía en blanco y negro. Ninguno de aquellos galardones competiría con la elección del filme, en 1999, como la mejor película británica del siglo XX y con el hecho de que el público atribuye al trabajo de Carol Reed todos los honores de una cinta inolvidable al nivel de Casablanca o Lo que el viento se llevó.

Han pasado 60 años y la cítara de Anton Karas y las sombras de Harry Lime -Orson Welles- permanecen vivas en la maravillosa parte antigua de Viena. Durante años, muchísimas personas tuvieron la sensación de que El Tercer Hombre era una película de Welles, pero la realidad, y los expertos han sido contundentes, el éxito de The Third Man, basada en un guión de Graham Greene, hay que atribuírselo a su director, el británico Carol Reed.

La historia es bien conocida, Holly Martins un escritor de pulp fiction llega a Viena en busca de un amigo, Lime, Harry Lime. La ciudad de Viena se está rehaciendo de los bombardeos aliados y se halla dividida en cuatro zonas -americana, rusa, inglesa y francesa-. Todo se complica al saber Martins que su amigo ha muerto.

A lo largo del filme, Martins se enamora de la novia de Lime, la checoslovaca refugiada y sin papeles Anna Schmidt (Alida Valli), y un inspector del Scotland Yard destinado en Viena con el rango de comandante militar, "Calloway, no Callaghan", (Trevor Howard) le informa de que su amigo era un contrabandista de penicilina adulterada responsable de la muerte de muchos niños.

Un reloj de cuco

Lime, en realidad, no ha muerto, aparece vivo y protagoniza alguna de las mejores escenas del cine y una frase que Reed y Greene sí le atribuyeron y que será eterna. "Recuerda lo que dijo no sé quien. En Italia, en 30 años de dominación de los Borgia no hubo más que guerras, terror, matanzas... pero surgieron Miguel Ángel, Leonardo da Vinci y el Renacimiento. En Suiza por el contrario tuvieron quinientos años de amor, democracia y paz. ¿Y cuál fue el resultado? El reloj de cuco".

La persecución de Lime por las calles y cloacas de Viena -filmada también en Londres ante la negativa de Welles de rodar en el escenario real-, la música y el desenlace configuran, además del resto del reparto una obra maestra.

Visitar hoy Viena representa un privilegio. Los palacios, la pintura de Klimt, el hotel Sacher, los cafés, como el Central o el Mozart, el vino, la escalopa vienesa... pero seguir la pista de qué pasó aquí durante aquel rodaje no es tan fácil. La historiadora Brigitte Timmermann, una experta en el filme y la organizadora de unas exclusivas rutas que visitan los lugares emblemáticos de la cinta asegura que la "película Der dritte Mann no es muy popular en Viena, "porque recuerda una época de la ciudad que muchos desean olvidar".

Pero resulta evidente que es imposible borrar de Viena aquellas sombras, aquellas calles regadas, aquellas caras y la gran noria, que sigue dando vueltas en el Prater, esperando que Lime y Martins vuelvan a subir en uno de sus rojos vagones de madera.

Un aspecto poco conocido de la película es que Greene escribió el guión inspirado en sus años en el servicio de inteligencia británico y en su amistad con su jefe, Kim Philby, el maestro de todos los espías, el inglés que trabajó para la KGB.

Philby, que había sido jefe de Greene, estuvo destinado en Viena en 1934 y logró salvar a un grupo de socialistas de las garras fascistas usando las bodegas subterráneas conectadas de la ciudad antigua. Aquella peripecia inspiró a Greene a hacer el guión que finalmente comprarían David O. Selznick y Alexander Korda.

Philby en España

Greene siempre supo que su jefe era un agente doble, pero nunca le delató. Philby escribió para The Times en la guerra de España a favor del avance de las tropas de Franco, aunque ya espiara para los rusos.

Harold Adrian Russell Philby, inspiró el nombre de Holly Martins. Harold, Harold... Harry... Holly. Philby murió en Moscú en 1988, a los 76 años, y recibió honores militares.

Pero todo el realismo y los efectos de la guerra fría que ya se vislumbran en la película también tuvieron sus trucos. La toma de los dedos de Lime intentando abrir una alcantarilla es falsa. Es en realidad Reed, el director, y la alcantarilla estaba en Londres. Las de Viena son demasiado gruesas para que las manos de una persona puedan sobresalir a la superficie.

Y el gran desengaño... La escena del portal, la luz que se enciende y da vida a Lime, en el número 8 de la Schreyvogelgasse también se rodó en Londres.

La Josefs Platz

Hay sin embargo en Viena un plato fuerte. La Josefsplatz, el lugar donde muere Lime, está intacta, y su número 5 mantiene sus figuras y su puerta de madera.

Los protagonistas de El Tercer Hombre merecen un lugar privilegiado en la inmortalidad del cine.

Todos ellos han fallecido... Welles, Valli, Cotten, Howard... el sargento Paine (Bernard Lee), el doctor Winkel (Erich Ponto), el baron Kurtz (Ernst Deutsch), Popescu (Siegfried Breuer), Kart, el portero de Lime (Paul Hoerbiger), o la portera de Anna (Hedwig Bleibtreu). El único que aún vive es Herbert Halbik (Viena,1945), que en la película interpreta al niño de cuatro años Hansel, que acusa a Martins de haber matado al portero.

Esta película resucita ahora con más fuerza que nunca en el 60 aniversario del rodaje del gran Reed. Y Viena, monumental, mágica, antigua, espera a que alguien pueda encontrarse cara a cara con H Lime y suene de repente la cítara de Karas.

DE PASEO POR LA VIENA DE CAROL REED

En Viena resulta efectivamente difícil encontrar datos o referencias a la película de Carol Reed. De hecho, es la iniciativa privada la que te permite visitar los lugares donde se inspiró y rodó la película -viennawalks.com- y un museo -3mpc.net- donde se recopila material original de la cinta y objetos del periodo histórico en el que se enmarca el guión de Graham Greene.

También puede verse la película, en su versión inglesa en un cine local. El Tercer Hombre tuvo varias versiones y el original fue acortado 11 minutos. Hay DVD que permiten ver las diferencias entre las versionesamericana e inglesa.

El Gorro de Hansel

Gerhard Strassegschwandtner trabajaba de guía en Viena cuando logró reunir varios objetos relacionados con la película. Lo que primero fue una afición, pasó a ser una obsesión que dio como resultado el museo privado, Third Man Museum, que puede visitarse los sábados y días a convenir. Allí se encuentran, por ejemplo, el gorro de Hansel, el niño que denuncia a Martins, pósters promocionales de la película, fotografías del rodaje, telegramas, todo tipo de documentos, copias de la cinta, ejemplares del libro de Greene, versiones musicales, incluidos los Beatles, y un elemento de gran valor: la cítara original que Anton Karas utilizó en el filme.

Lo más interesante sin embargo es la documentación sobre la Viena ocupada y la explicación de la estrategia del general norteamericano Mark Clark de por qué Austria no terminó en manos soviéticas. La visita al museo de El Tercer Hombre es imprescindible.

Alberto Montagut/Viena

fuente: ADN.es

18/11/09

Kevin Spacey: 'El nacimiento de Facebook era una historia para ser contada'

REDES SOCIALES
Se estrenará en 2010 en EEUU

El actor, durante la intervención. | EFE

Siomara Martínez

Kevin Spacey ha visitado Madrid con motivo de la presentación de la próxima película 'The Social Network', que cuenta la historia de los fundadores de Facebook, y en la que el actor galardonado con dos Óscar ha intervenido como productor ejecutivo.

La presentación se ha realizado en el marco de la tercera edición del Foro Internacional de Contenidos Digitales (FICOD), .

Al principio confiesa que no estaba muy entusiasmado con el proyecto. Más bien asegura que se mostraba un tanto escéptico ante el tema y se preguntaba "¿cómo puede esto ser una película?". "Cuando escuché la historia, lo entendí". Entonces empezó a confiar en esa historia dos jóvenes, Eduardo Saverin y Mark Zuckerberg, que al final lo que hacen es luchar por sus sueños. "Es una historia para ser contada".

La idea nace de un libro 'The accidental billionaires', lanzado hace sólo unos meses, de Ben Mezrich, que relata la historia de dos jóvenes universitarios de Harvard que se embarcan en un proyecto novedoso, no del todo suyo según la historia, y que finalmente será la red social más famosa del mundo, Facebook, y que les convertirá, como indica el título de la obra, en millonarios de forma accidental; casi sin querer.

"Todo fue muy rápido", apunta el actor. Lo que normalmente lleva años, desde que se presenta la idea a los estudios y ésta finalmente se lleva a cabo, en este caso cobró una rapidez inusitada. Es más, la cinta, dirigida por David Fincher, se rodará este mismo otoño entre Boston y Los Ángeles, actualmente está en plena fase de preproducción y se estrenará en Estados Unidos en 2010.

El actor americano ha apostado por el apoyo a una juventud que luche por sus sueños, "no importa cómo de imposibles sean esos sueños". Ese soporte, cree, es la mejor garantía para negocios exitosos.

Respecto a la era tecnológica en la que nos encontramos, el actor ha realizado su particular valoración. En ella, destaca que tenemos "más acceso a la información que nunca y más rápidamente". Ha destacado que las plataformas tipo Facebook o Twitter son "un gran sitio para las compañías". Por otra parte, cree en "nuevas fuentes de información", que no tienen nada que ver con los periódicos. Así, por ejemplo, cree que Twitter se ha convertido en una fuente de información: "cuando quieres saber cómo es una película, acudes a Twitter" y allí los usuarios aportan sus críticas. Es más, ahora "te puedes bajar una película al iPhone y comentarla en Facebook", algo impensable años atrás.

Cómodo y suelto ante un gran aforo, Spacey ha animado al público a que publique en las redes sociales lo bueno o malo que ha sido su intervención. De hecho, él mismo ha confesado que tiene perfil en Twitter y en Facebook. Éste último se lo hizo tras descubrir que había siete perfiles en la red social con su nombre y ninguno de ellos era auténtico.

El acto ha terminado con una entrevista realizada por el presidente de la Academia de la Televisión, Manuel Campo Vidal. En ella, el actor, incluso más relajado que antes, se ha permitido el lujo de recordar a los traductores e incluso hacerles partícipes de la ponencia y de mostrarse "cansado de preguntas sobre Facebook".

fuente: elmundo.es

11/11/09

Ettore Scola

“Ya no amo Italia pero sí el cine que habla del hombre y sus problemas”

Ettore Scola. Foto: Seminci


Un clásico. Ettore Scola no necesita presentación. Autor de películas como Una jornada particular o Competencia desleal, el director italiano explica a El Cultural su abandono del cine y su visceral rechazo de la actual política italiana.


Siempre nos quedarán los grandes del cine. Harto de soportar una realidad que le provoca náuseas, el legendario Ettore Scola (Treviño, 1931) ha decidido pasar de “turista” de la lectura a “profesional”, lo cual significa “subrayar, releer una y otra vez y pensar en voz alta” además de realizar ilustraciones para los autores que ama: Tácito, Plutarco y todos los poetas grecolatinos, con especial atención a la picaresca española citando a Quevedo o el Lazarillo de Tormes.

Esa realidad que le repugna tiene como santo y seña a Berlusconi. Tal es el sentimiento de tristeza y amargura que invade al mítico cineasta, autor de títulos fundamentales del cine del último siglo como Una jornada particular (1977) o La familia (1987) que después de dirigir Gente di Roma (2003), su postrer homenaje a la Ciudad Eterna, decidió colgar los objetivos. El motivo es muy sencillo: “Italia ha sido protagonista de mis películas. Y para hacerlas hay que amar el contenido de lo que cuentas, y yo ya no amo a Italia”. O sea, que a la lista de agravios atribuibles al simpar Cavaliere hay que añadir uno: quitarle las ganas de trabajar. Ettore Scola recibe a El Cultural en el recién concluido Festival de Valladolid, donde actúa como presidente del Jurado, haciendo una excepción: ha dejado el cine y no tiene muchas ganas de hablar con periodistas.

Destino: el presente
Es un hombre serio, de gesto adusto y economía de palabras que desmonta todos los tópicos sobre los italianos. No es fácil hacerle hablar y quizá todo se deba a su poca afición a la nostalgia, una tentación que define como “peligrosa y reaccionaria”. “Siempre hay que mirar el presente”, añade, aunque ese presente le espante y lo haya apartado de las cámaras. Además, dice, “yo creo que con 35 películas dirigidas y 62 más como guionista he cumplido”. De sobra.

-Pero uno puede seguir amando algo aunque le espante. Usted ha realizado películas sobre la Italia del fascismo, como la célebre Una jornada particular o Competencia desleal (2001).
-Detesto a los nazis y el fascismo pero existía su reverso, la libertad. Ahora tenemos libertad y no veo reverso. Es un problema generalizado de valores, por llamarlo de alguna manera. Berlusconi ha sido la culminación de una situación cada vez más degradada en la que lo único que importa es el dinero, las mujeres y el éxito. Existe un sentimiento de egoísmo, de pensar sólo en el propio beneficio que lo ha invadido todo. Eso sí, aún no he perdido la esperanza de que eso disminuya.

Ideología e igualdad
Palabra de comunista convencido. Interrogado sobre una ideología que hoy casi suena a prehistoria, define su posición de manera sucinta: “Para mí el comunismo significa luchar por la igualdad, ni más ni menos”. Y vuelve a aparecer el nombre de Berlusconi, al que cita una y otra vez sin que nadie se lo pida.
-Usted ya no ama Italia, ¿pero sigue amando el cine?
-Por supuesto. Amo el cine que habla del hombre y sus problemas. Las buenas películas no escriben la biografía del director sino la del público. Por ejemplo, el cine de Buñuel no habla de él sino de mí. Por eso lo amo.

-¿Existe una manera de hacer películas “a la italiana”?
-Existe y nace con el neorrealismo. Ahí está el inicio de todo después del cine fascista. Fue un movimiento que conmovió al mundo, de Inglaterra a Francia pasando por España. A partir de ese amor por la realidad surgen todos los géneros, del melodrama a la comedia, Zavattini es el primer maestro en esta última ramificación. La comedia sigue siendo uno de mis géneros preferidos, me gusta esa forma de abordar desde la diversión los asuntos serios de la vida.

-¿Detecta la influencia del neorrealismo hoy en día?
-La detecto en el cine independiente de Estados Unidos, que es el mejor del mundo. Si uno ve ciertas películas americanas, podrá saber mucho de ese país.

-Se habla de un renacimiento del cine italiano, ¿suscribe esa idea?
-Hay dos directores muy interesantes: Matteo Garrone (Gomorra) y Paolo Sorrentino (Il Divo). Ellos demuestran que aún es posible hacer películas en mi país que disgusten al poder. También me gusta Marco Risi, pero ahí acaba todo.

-Al pensar en el cine italiano, es casi increíble que en un mismo momento coincidieran talentos tan asombrosos como el de Fellini, Rossellini, De Sica y el de usted mismo.
-Siempre ha sucedido así en todas las épocas históricas. De repente uno encuentra en el mismo lugar a grandes músicos, cineastas o pintores o no encuentra nada. La historia es como un paisaje en el que hay montañas y planicies.

Espíritu crítico
La pasión. Ese es el motivo por el que Ettore Scola asegura que ha trabajado incansablemente en el cine durante cincuenta años. Debutó como guionista en un ya lejano 1953 escribiendo Canzoni di mezzo secolo, donde comenzó a trabajar con el director Domenico Paolella con el que realizaría una decena de películas. Y en 1962, año en el que escribió para Dino Rissi el éxito internacional Il Sorpaso, fue el protagonista de esta película, Vittorio Gasman quien le convenció de que debía comenzar a dirigir. Aunque Scola deteste la nostalgia, no es difícil adivinar en el rostro del cineasta un halo de melancolía al recordar el episodio. Dos años después se ponía tras la cámara para dirigir su primer filme, la comedia Se permette parliamo di donne. A partir de aquí, ha tocado todos los palos: más comedia a la italiana en la famosa Feos, sucios y brutos (1976), los aires viscontianos de Una jornada particular, el drama en La terraza (1980), el género histórico en La noche de Varennes (1982) o la belleza crepuscular de ¿Qué hora es? (1989), donde dirigiría a Marcello Mastroiani por última vez.

-¿Está orgulloso de sus películas?
-Nunca las vuelvo a ver pero sí, me siento satisfecho. Para mí el cine siempre ha sido una vocación que surgía de la pasión y creo que todas, aunque las haya mejores y peores, han sido fieles a esa pasión. Se corresponden con lo que vivía y sentía en ese momento.

-¿Cree que el cine sirve para hacer un mundo mejor?
-No creo que las películas sirvan para construir un mundo mejor ni que lo transforme, pero sí deben servir para que los espectadores puedan comprenderlo. Un buen filme debe cultivar el espíritu crítico.



1/11/09

Bud Spencer cumple 80 años... Y si no, nos enfadamos

Pasará a la historia por sus tortas con Terence Hill



El actor italiano Carlo Pedersoli, más conocido por su nombre cinematográfico, Bud Spencer, cumple 80 años de una vida donde ha triunfado en el deporte como nadador y en la pantalla con sus épicos puñetazos al lado de su inseparable compañero Terence Hill.

Alejado de los grandes platós, Bud Spencer protagoniza actualmente en la teleserie 'I deliti del cuoco' (Los delitos del cocinero), donde interpreta el papel de un comisario de policía amante de la cocina.

"No me pondré a hacer volteretas, a mi edad prefiero las cosas simples. Además el lunes se vuelve a trabajar", explicó Spencer a los medios de comunicación que le preguntaron cómo festejaría su cumpleaños.

El gran público conoce a Spencer por ser el gigante bueno en algunos 'Spaghetti western' cómicos junto con Mario Girotti, el verdadero nombre de Terence Hill.

Puños de hierro, aletas de pez
Pocos saben que Spencer también fue un gran atleta. Jugador de waterpolo, fue el primer italiano que bajó del minuto en los 100 metros libres, participando además en los Juegos Olímpicos de Helsinki 1952, Melbourne 1956 y Roma 1960.

Carlo Pedersoli nació en Nápoles y pasó parte de su adolescencia en Río de Janeiro. Tras esta paréntesis marchó a Roma, donde retomó los estudios y su amor por la natación.

"Mi gran éxito es mérito del público que ha mostrado su simpatía por este hombre de 120-150 kilos, pero el deporte me ha enseñado los grandes valores de la vida", cuenta Bud.

Su físico imponente llamó a las puertas de la interpretación en algunas películas como 'Quo Vadis?' (1951). Aunque su primer papel importante fue el del agresivo Nando de la película de Mario Monicelli 'Un eroe dei nostri tempi' (1955).

En 1957 dejó Italia y volvió a Sudamérica, donde trabajó como obrero de la construcción por un tiempo antes de volver para probar fortuna con la música, siendo autor de canciones para cantantes del momento como Ornella Vanoni y Nico Fidenco.

No obstante, las cámaras no había acabado con sus puños. Su regreso a la pantalla grande fue con el título de Giuseppe Colizzi 'Dio perdona... ma io no' (1967), que marcó el tipo de personaje que después interpretaría Spencer, el del gigante bueno, al que es mejor que no hacerle enfadar.

Su encuentro con Terence Hill fue el que le catapultó a la fama dando lugar a un auténtico genero cinematográfico con películas como 'I quattro dell'Ave Maria' (1968), 'La collina degli stivali' ("La colina de las botas, 1969) o 'Lo chiamavano Trinità...' (Le llamaban Trinidad, 1970), entre otras.

Otras películas míticas, no ambientadas en el lejano oeste, fueron 'Chi trova un amico, trova un tesoro' (Quién tiene un amigo, tiene un tesoro, 1981); Miami Supercops (Dos superpolicías en Miami, 1985); Altrimenti ci arrabbiamo (Y si no, nos enfadamos, 1974) y Botte di Natale (Y en Nochebuena, se armó el Belén).

Por su cuenta, otras películas destacadas son 'Banana Joe' (1981) y 'Lo chiamavano Bulldozer' (Le llamaban Pegafuerte, 1978).

Carlo Pedersoli también quiso dar el salto a la política y se presentó en 2005 a las elecciones regionales del Lazio, cuya capital es Roma, en las listas de Forza Italia, el partido de Silvio Berlusconi, pero no fue elegido.
fuente:elmundo. es

¿Es insano el cine de terror sádico?

Los filmes con elevadas dosis de crueldad están en auge entre jóvenes y adolescentes - 'Saw VI' es la primera película de terror catalogada como X - La tortura como otra forma de pornografía

Fotografía: Jennifer’s Body, en una escena de cine de terror

GREGORIO BELINCHÓN / CARMEN PÉREZ-LANZAC

Por primera vez en España un filme, Saw VI, ha sido calificado como película X por su "apología de la violencia". Su estreno, previsto el pasado viernes 23 de octubre, se ha pospuesto. Las 300 copias de la película reposan en un almacen a la espera de que la Comisión de Calificación del Ministerio de Cultura revoque -o no- su decisión. Mientras tanto, el teléfono de la sala X de la calle Duque de Alba de Madrid, una de las ocho de España que aún sobrevive al tirón del porno en Internet, no para de sonar. "¿Que si ha llamado alguien?", dice la recepcionista. "Me duele la oreja de responder a chavales jóvenes que llaman preguntando si la vamos a echar".


El cine de terror con altas dosis de crueldad está en auge. Jóvenes y adolescentes son su público más fiel. ¿Por qué sienten fascinación por un cine tan sádico? ¿De qué forma afecta al espectador presenciar la mutilación de una persona indefensa? ¿Se trata acaso de un cine insano?

Las cinco primeras entregas de la saga Saw, abanderada del terror más extremo, han recaudado 440 millones de euros desde su arranque en 2004 (a ritmo de una al año). En España, 3.564.000 espectadores fueron a verlas al cine; recaudaron 20 millones de euros. Una máquina de hacer dinero, porque el presupuesto de cada entrega nunca ha superado los siete millones de euros. Pero, ¿en qué consiste Saw? Su protagonista, Jigsaw, es un asesino en serie que obliga a sus víctimas a automutilarse o a matar a un compañero de penurias para salvarse.Son filmes repletos de juegos macabros, sadismo y sangre que sólo encuentran una posible comparación con Hostel (2005) y su continuación, Hostel 2 (2007), que lograron entre ambas 600.000 espectadores en España. La saga Hostel también basa su argumento en el placer que encuentra alguien -en estos dos filmes, millonarios que pagan por disponer de víctimas- en provocar dolor a una persona indefensa. El urdidor de Hostel, el director y actor Eli Roth, explicaba hace dos años que, en comparación con Saw, sus filmes eran más gores, "un género de terror en el que ruedas un asesinato con cierta dosis de humor y mucho maquillaje. Es muy divertido. Yo, por ejemplo, no aguanto la visión de la sangre de verdad y jamás he visto un muerto". La revista New York Magazine calificó su obra como torture porn (tortura pornográfica), porque usa la violencia para excitar al público como si viviese un acto sexual.

En lo que va de 2009 los fans del terror han tenido muchos motivos para ir al cine a pasar un buen (o mal) rato. REC 2, La Huérfana, El destino final 3D, Jennifer's Body, Arrástrame al infierno, The Descent 2, Infectados, Expediente 39 o la reciente Paranormal Activity, que costó menos de 10.000 euros y lleva más de 50 millones recaudados. ¿Dónde demonios, se preguntarán algunos, reside el placer de ver estas películas? "Es como subirse a una montaña rusa", explica Emilio Martínez, creador del portal de cine de terror Aullidos.com. "Es un chute de adrenalina".

En una de las escenas de Saw VI una mujer debe mutilarse para asegurar su propia supervivencia. ¿De qué manera afecta al espectador ver un momento tan duro? Martínez no vacila: "Hombre, somos muy conscientes de que no es real. Más duro es ver un documental sobre el genocidio ruso que a un tío con un máscara absurda cargándose a gente con una sierra".

El sociólogo Fermín Bouza apoya la opinión de este fan del cine de terror: "Con los datos conocidos sabemos que la violencia social no tiene nada que ver con la literatura, el arte o el cine", explica. "Es totalmente inútil darle vueltas o buscar excusas en este tipo de películas. La violencia tiene que ver con la estructura social, la familia... Es cierto que hay actos anecdóticos. A veces un niño desequilibrado imita acciones que ha visto en el cine, pero es un problema minoritario. La violencia artística no influye en la real".

Sin embargo, Guillermo Cánovas, de la asociación en defensa de los menores Protégeles, no opina de esta forma. "Por cada estudio en el que se dice que las personas no son sensibles a la violencia que ve en los medios hay tres que demuestran que sí lo somos. Negarlo es como negar la existencia de la publicidad. Todos hemos aceptado que con 40 segundos se puede influir sobre la gente. Pensar que algo que dura una hora y media no puede es absurdo".

"Las imágenes que nos llegan a través del cine y los medios audiovisuales influyen en cómo los adolescentes y también los adultos componemos nuestra visión del mundo", explica Mercedes Coll, profesora de Filosofía de secundaria y miembro de la cooperativa Drac magic, que promueve la educación a través de medios audiovisuales. "La crueldad siempre ha estado presente en el cine, porque, al igual que la ternura, forma parte de nuestra psique. El cine, sobre todo el de terror, tiende a ofrecer la máxima espectacularidad para atraer al público. Estas películas triunfan más entre los más jóvenes porque en el fondo son unas memeces terribles y además su umbral para soportar ciertas imágenes está por encima del de un adulto por la propia situación de la adolescencia, más explosiva y sin esa sedimentación que dan las vivencias", explica esta profesora. "Yo lo veo en clase: les pongo películas y a veces se ríen ante escenas brutales. Pero es una defensa ante algo que les resulta difícil, como taparse la cara, gritar o llorar. Lo que sí me sorprende es que cuanto más espectacular es la escena más alejada la ven de la realidad y más la disfrutan sin problemas. Les marcan más las películas más reales. Hace poco les puse Antes de la lluvia, de Milcho Manchelvski. Hay una escena en la que matan a una adolescente que les causó realmente el escalofrío. Lo que es muy espectacular es tan propio del cine espectáculo que pasado el asco se pueden reír de ello. Pero cuando ven algo que se aleja de lo comercial no encuentran donde sostener la emoción de las imágenes. Se pierden. Les sucede lo mismo con Internet: pueden ver un vídeo de cómo pegan a alguien y según cómo esté filmado les puede conmover. La clave no es el grado empírico de la violencia en sí, sino cómo esté tratada".

Al margen de estas reflexiones, la X de Saw VI ha causado bastante desconcierto en el sector. "Vi la primera entrega de Saw y me pareció original; fuerte, por supuesto, pero es lo que el público quiere", dice el director sevillano de cine gore Julián Lara. "Puede herir sensibilidades, desde luego, aunque de ahí a ponerle una X... Me parece una salida de tono ¿Cuántas cosas son X en la vida diaria y son mucho peores?". José Luis Rebordinos, director de la Semana de cine fantástico y de terror de San Sebastián, que hoy arranca su XX edición, califica la X de "muy preocupante". "Me preocupa que el fantasma de la censura vuelva a asomarse en España, que tiene una legislación progresista en la materia. Desde luego será uno de los temas de conversación esta semana. Todo el mundo está anonadado. Lo curioso es que en Estados Unidos, un país nada permisivo con las calificaciones, se ha estrenado sin problemas".

Jaume Balagueró, responsable de filmes de terror como REC y REC 2, Frágiles o Darkness, y considerado uno de los maestros mundiales de este género, apunta otra contradicción: "Me parece que le han hecho la pascua a la distribuidora. Porque si las otras cinco no fueron X, ¿por qué ésta sí? No tiene sentido ¿Y quién les repone su inversión económica?". Cada copia cuesta unos 1.200 euros, y, en el momento que recibió el informe con la X, Buenavista (de la que es dueña Disney) tuvo que retirar todos los carteles de los cines, la publicidad de la calle y los tráileres. Balagueró vio la primera y la tercera entrega: "No me interesan. Es un cine que carece de argumento, un catálogo de sadismo extremo, y no creo que esa X se propague por otros filmes de terror. Entiendo que la Comisión dudase con la calificación, pero yo no se la hubiera puesto. Si las anteriores Saw no la recibieron...". El director asegura haber visto momentos más salvajes en las pantallas, "aunque es cierto que dentro de filmes con un argumento, en que esa violencia hacía avanzar la narración y no este sadismo cercano a lo pornográfico".

El psicólogo Luis Muiño, experto en cine, tiene su opinión muy clara: "Yo creo que el impacto psicológico de una película debería medirse a través de las narrativas que trasmite y cómo enfoca las relaciones entre las personas. Hay películas que aunque son duras funcionan bien a nivel psicológico porque difunden narrativas sanas. Ciudad de dios, por ejemplo, es una película dura y muy realista pero que difunde una narrativa sana: se puede salir de la cadena de la violencia. Yo vi un trozo de la primera entrega de Saw y me pareció una película insana. Transmite una narrativa sádica y pretende hacer negocio a partir de fomentar una forma de afrontar los problemas brutalmente insana. No hay que engañarse. No es arte. Lo que va a ocurrir al darle la categoría X es simplemente que van a sacar menos dinero. No es censura. Aunque parezca mentira, porque soy un tipo de izquierdas, me parece muy bien. Desde mi perspectiva, películas que hacen dinero causando malestar psicológico es mejor que se pasen en salas X. Es como escuchar durante dos horas a un violador diciendo que todas las mujeres son iguales y no contrariarle. Y conste que soy un gran aficionado al terror, pero esta saga promueve que salgamos del cine peor de lo que entramos. Desde el punto de vista del arte no la censuraría, pero desde el punto de vista de un psicólogo, sí".

"La sociedad tiene la obligación de proteger a los menores física y emocionalmente, por eso esta prohibida la venta de contenidos porno a menores de 16", continúa Cánovas, de Protégeles. "La banalización de la violencia, mostrar en un entorno de ocio el sufrimiento ajeno como algo de lo que se puede disfrutar, tiene peores secuelas que el porno. Nos cuesta entender que no se proteja a los menores de este tipo de películas, así que el calificativo X nos parece muy bien. Para nosotros no habría ningún problema de que esta película se emitiera en las salas de cine normales si se controlara el acceso a ellos de los menores de edad mediante DNI, pero como por algún motivo no se hace...".

"Hoy en día, un occidental difícilmente podría soportar ver ajusticiar a un señor en la plaza pública", continúa la profesora Mercedes Coll. "Sin embargo, sí vemos las imágenes de este tipo que nos llegan desde Afganistán y estamos pendientes de ellas. Hay que valorar cuáles son los límites de nuestra cultura de la imagen, de esta aceleración del consumo de imágenes cada vez más fuertes. Quizá se ha llegado a un momento en que el propio sistema no lo aguanta. Me parece una hipocresía que hablemos de proteger lo que ven los adolescentes cuando la televisión es pura pornografía. La restricción contra esta película de terror se debería extender a todos los medios informativos".

De momento, la telefonista de la sala X del centro de Madrid que hablaba al inicio de este reportaje le dice a todos los interesados que llaman por teléfono que allí no van a echar Saw VI. Ni allí ni en ninguna de las ocho salas X que hay en España, entre otras cosas porque ni siquiera todas tienen proyectores en 35 milímetros en celuloide. Cada día que pasa es dinero perdido para Buenavista, la distribuidora de la película, porque probablemente los fans de la saga Saw se estén descargando la nueva entrega por Internet, incongruencias del actual estado de las cosas. La administración impone restricciones de las que Internet no entiende.

Mientras tanto, en Estados Unidos la película se ha situado en segunda posición del ranking, con 9,4 millones de euros recaudados en 3.000 salas. En Reino Unido ha logrado la misma posición, con dos millones de euros en 375 pantallas. Aquí, 300 copias acumulan polvo en un almacén a la espera de un cambio en su catalogación que de momento no ha llegado.