¡Feliz y próspero 2010!
Les desea
El Sueño del Perro: la Novela (des) esperada
Argumentos y guiones. Directores y sus actores y actrices.Proyectos de películas y los concursos. Y por supuesto, las críticas ajenas y propias cuando veo cine-en-ojo
Entrevista con Sam Worthington, protagonista del largometraje.
Por el mismo camino que antes recorrieron Russell Crowe, Hugh Jackman o Nicole Kidman, otro australiano como Sam Worthington abre ahora las puertas de Hollywood para tratar de convertirse en la nueva estrella del cine de superacción. Ya había aparecido como el nuevo Terminator, compartiendo cartel con alguien como Christian Bale (más famoso, gracias a la serie de películas Batman). Y en el mismo año, con otra superproducción de efectos especiales, Sam Worthington vuelve a ser noticia, como el protagonista absoluto de la nueva película de James Cameron, Avatar.
¿Está preparado para el título de superestrella de Hollywood?
Es una pregunta bastante extraña. Todo lo que puedo hacer es trabajar. Cualquier actor sería un idiota si dice que no quiere exponerse públicamente o que la gente lo reconozca, porque hacemos cine para entretener a la gente y es genial cuando se acercan y te dicen que hiciste un buen trabajo, así como cuando alguien también te grita que deberías mejorar. Pero en lo que respecta a mí, quiero ir paso a paso, ya veré lo que pasa.
¿Existe algún secreto ‘australiano’ para triunfar en Hollywood, como Hugh Jackman, Russell Crowe o Nicole Kidman?
El secreto está en la distancia: se necesitan 13 horas de vuelo para ir de Australia a Estados Unidos. Y después de semejante viaje, nadie quiere perder el tiempo. Menos vamos a hacerle perder el tiempo a los productores. Venimos de un lugar donde los actores tienen un trabajo muy especial. En Australia hay que hacer televisión, cine, radio, teatro. Hay que aceptar cualquier trabajo para pagar las cuentas y por eso la ética de trabajo es tan importante. Y venimos a Estados Unidos para hacer cine con una pasión y un entusiasmo que contagia. Buscamos siempre la creatividad, nos gusta contar buenas historias.
Sin ánimos de ofender, a mucha gente le sorprende que de pronto aparezca un completo desconocido en Hollywood, protagonizando nada menos que las dos superproducciones más importantes del año, como ‘Terminator Salvation’ y ‘Avatar’. ¿Hay una explicación detrás de semejante reconocimiento tan repentino?
Yo venía trabajando en Australia, sin parar, desde hace diez años, con toda clase de películas. Y mi idea era hacer todo lo que podía en mi país, antes de tocar un techo y moverme por otro lado. Y para ese entonces tenía suficiente experiencia como para poder sentarme en una misma habitación con alguien como James Cameron, con suficiente confianza como para asegurarle que tenía algo bueno para ofrecerle, que no iba a perder el tiempo conmigo. Pero tampoco vas a construir un edificio gigante después de diseñar una casa, porque todos se reirían, como tampoco vas a convertirte en un goleador de fútbol después del primer partido. Así no funciona el sistema. Hay que hacer lo mejor posible, aprendiendo desde abajo, para sentirte seguro cuando vayas a jugar entre los mejores.
¿Dónde vive ahora exactamente?
Vivo donde hay trabajo. No paré de trabajar desde que empecé con Avatar con apenas tres semanas de vacaciones. Soy un gitano, voy de lugar en lugar.
¿Ya compró su casa en Hollywood?
No, no tengo nada, porque vendí todo lo que tenía antes del contrato con Avatar. Estaba en casa, en Australia, y vi que nada de lo que tenía me definía para nada, así que vendí todo.
¿Todo para venir a Hollywood?
Recién había cumplido 30 años y probablemente tuve una crisis. Miraba alrededor y veía que no era feliz. Quería borrar mi vida, quería recuperar el control de mi vida. Estaba enfermo de la gente que me decía lo que tenía que hacer.
¿Lo primero que hizo después de haber vendido todo fue mudarse a Hollywood?
No tomé ningún avión. Apenas vendí todo, me fui a la montaña, solo. Y en medio de semejante cambio recibo la llamada de James Cameron: “Quiero verte”. Bajé del avión y le dije a Jim: “No tengo nada, solamente dos maletas. Así que hoy voy a brindarte todo lo que pueda. Mejor dejemos de hablar y me pongo a actuar”. Eso fue todo. Tenía demasiado entusiasmo como para echarme. Yo insistía: “Ya estoy listo, empecemos a trabajar”. Lo gracioso es que también le dije que el guión era muy malo y cuando le pregunté quién lo había escrito me dijo: “Yo lo escribí”. Y le respondí: “Entonces podríamos mejorarlo”. Así fue todo.
¿Recién después lo eligieron para el rol del nuevo ‘Terminator’?
Sí, eso fue mucho antes de Terminator. Yo hacía un año que estaba trabajando con Avatar cuando el director McG le dijo a James Cameron que me estaba considerando para el papel de Terminator. Y esta vez Cameron no tenía nada que ver en esa película. Apenas si le dijo a McG: “No arruines nada” y se reservó el derecho a criticar Terminator, porque él había vendido los derechos por un dólar a la ex esposa. Sólo quiso ver la película pagando la entrada. ¡Yo crecí viendo esas películas!
¿Alguna vez soñó con el éxito conseguido?
En cualquier profesión uno siempre sueña con trabajar con gente que te inspira. Si pateas una pelota en el jardín de tu casa, vas a soñar con llegar a la Copa Mundial. Si tocas en una banda de rock, te gustaría tocar en los estadios más grandes, llenos de gente. Y en mi profesión sería estúpido decir que no quería trabajar también con los más grandes.
¿Pero no se precisa talento y confianza?
No, porque cuando lo vendí todo no tenía confianza para nada. Pensaba: “Si no tengo nada, mejor lo vendo”. Y a los 30 años, con nada más que 4.000 dólares en el bolsillo, después de haber hecho diferentes películas a lo largo de diez años, parecía fantástico, pero no sabía qué diablos podía hacer después. Eso fue lo que me llevó a querer controlar mi vida. Cuando tuve la reunión con Cameron no tenían nada que ver las campanas de la fama, ya no me importaba comprar una casa o tener un auto de lujo. Quería que mi sobrino se emocionara viéndome en una pantalla de cine. Y creí que tenía que deshacerme de todo para empezar de vuelta, como dijo Rudyard Kipling. ”Empieza otra vez en tus comienzos y recién entonces serás un hombre”.
La música de Avatar
La banda sonora de Avatar incluye música compuesta y dirigida por el ganador del Oscar James Horner (Titanic). El tema principal de la película I See You es interpretado por la cantante Leona Lewis, quien ha sido varias veces nominada a los Grammy. La canción está producida por James Horner y Simon Franglen, el equipo detrás del exitoso tema de Titanic, My Heart Will Go On, interpretado por Celine Dion.
Fabián Waintal / Los Ángeles | EL ESPECTADOR
ESTRENO EN LONDRES
El estreno del nuevo filme de Guy Ritchie congregó a todos los protagonistas de esta versión del detective creado por Conan Doyle.
Efe. | Imágenes: Warner Bros. / Agencias. | Londres
Además de misógino, inteligente y sagaz, Sherlock Holmes aparece en la última película dedicada al detective creado por Arthur Conan Doyle como un personaje de carácter violento y trastornado, un perfil más complejo y no tan conocido por el gran público.
Con barba de pocos días pero cuidadosamente recortada, amplios conocimientos de las artes marciales y una necesidad de desfogarse que le lleva a participar en las peleas que se organizan en un pub irlandés de mala muerte, Sherlock Holmes se convierte en un atípico hombre de acción en el filme dirigido por Guy Ritchie que se estrenó el pasado lunes en Londres.
Encarnado por el actor estadounidense Robert Downey Junior, la imagen del detective mantiene, al menos en parte, el porte de caballero inglés tradicional (con su sempiterna pipa en la boca incluida), aunque la combina con otras características menos conocidas, como lo caótico de su vida privada.
Si bien sigue utilizando el intelecto para ir avanzando en sus investigaciones, el detective británico no rehuye la confrontación y utiliza la fuerza bruta en repetidas ocasiones durante su última aventura en la gran pantalla.
En ella Sherlock sigue acompañado de su fiel escudero, el doctor Watson, interpretado por un Jude Law que sólo recuerda en el bigote al original, un tipo más bien bajito y regordete.
Juntos se enfrentan a la amenaza que supone Lord Blackwood (Mark Strong), un amante de las ciencias ocultas culpable de una serie de asesinatos rituales a quien detienen y deben volver a encontrar después de que parezca haber resucitado de entre los muertos.
El filme, producido por Warner Bros y que se estrenará en España el 15 de enero, dura más de dos horas y también hace mención a la tortuosa atracción que siente Sherlock por Irene Adler (Rachel McAdams), no menos guapa que la pareja del doctor Watson, Mary (Kelly Reilly).
La película muestra al más famoso de los detectives británicos como una persona mordaz y sarcástica, sobre todo con los agentes de policía, incapaces de estar a su altura, y que además guarda un profundo interés por la ciencia que le lleva a realizar experimentos en su propia residencia.
Ritchie afronta con este filme su primera experiencia en el mundo de las grandes producciones, un reto que podría relanzar su por el momento discreta carrera, en la que sólo destaca 'Snatch, cerdos y diamantes'.
El cineasta británico utiliza el recurso 'slow motion' (es decir, la ralentización extrema de ciertos movimientos) para subrayar el profundo conocimiento de las artes marciales que exhibe Sherlock, una faceta que se apunta de forma secundaria en algunas de las cuatro novelas y 56 relatos cortos que escribió Conan Doyle.
La escenografía representa una parte fundamental de la película al recrear minuciosamente el Londres del siglo XIX, una ciudad que conserva todavía su estilo victoriano y en la que algunas calles se mantienen exactamente igual que antaño, a excepción de la calzada, lo que hace posible identificarlas durante la película.
Especialmente impactante es la escena que se desarrolla en el llamado 'Tower bridge', una instalación que se encontraba a medio construir en la época en que se desarrolla la acción y donde tiene lugar el enfrentamiento final entre Sherlock y su rival.
La música juega también un papel importante en la nueva aventura de Sherlock Holmes al imprimirle un ritmo trepidante a través de sus melodías, las cuales recuerdan a cánticos griegos e irlandeses.
El cacareado "Elemental,mi querido Watson" no aparece en ningún momento, una ausencia que puede explicarse por el hecho de que Conan Doyle no utilizara esa frase literalmente en ninguna de sus obras, y que se suma a la desaparición de la tradicional gorra con doble visera de la creación que le hizo conocer la fama.
La película de Ritchie muestra aspectos poco reflejados de Sherlock en los dibujos animados, las series y otras versiones cinematográficas realizadas con anterioridad, aunque deja pasar la oportunidad de adentrarse en la complejidad sexual del personaje o en el consumo de drogas, temas que si afrontó Billy Wilder en 'La vida privada de Sherlock Holmes' (1970).
fuente: elmundo.es
UNA NUEVA FORMA DE HACER PELÍCULASAvatar se perfila como el primer filme que justifica las 3D y marca senda al género. La película vuelve ridícula la posibilidad de la descarga de internet
El director uruguayo (Montevideo, 1976) acaba de estrenar en España su ópera prima, ‘Mal día para pescar’, que adapta el relato corto de Juan Carlos Onetti ‘Jacob y el otro’.
–¿Qué le atrajo del relato de Onetti?
–Me fascinan sus dos personajes, dos seres desarraigados, que siguen anclados en una Europa mítica aunque deambulan por la Suramérica más recóndita. Solo se tienen el uno al otro, y recordar glorias pasadas es su única razón para seguir existiendo. Necesitan creer, aferrarse a algo, y ese patetismo me parece precioso. Poseen ese punto quijotesco que fascinaba a Buñuel, porque la realidad que viven no tiene nada que ver con la retórica que formulan.
–¿Cuánto ha quedado en la adaptación del universo de Onetti?
–Nos hemos tomado algunas libertades para dar a la película el tono personal que queríamos. Siempre he pensado que si uno no tiene mucho que aportar a una obra literaria no debería adaptarla, especialmente si se trata de una joyita como Jacob y el otro. Onetti es un autor tan integral y completo que resulta inadaptable. Su prosa es cine en sí misma.
–Una de las libertades que se ha tomado es convertir Mal día para pescar en algo así como un wéstern crepuscular.
–Las referencias son muy obvias: el duelo final, el saloon... Creo que el componente crepuscular es intrínseco al género, porque son historias míticas de hombres frente a su destino, de amaneceres y atardeceres, de la cercanía a la muerte. Todo eso le iba muy bien a mi historia.
–¿Se siente reflejado de algún modo en la peripecia de Orsini y Jacob?
–Me he sentido infinitas veces como el forzudo Jacob y otras tantas como el buscavidas Orsini. Para enfrentarte a una producción de este tipo, especialmente si eres novato, necesitas creer que la fantasía es posible. Como ellos, me encontrado muchas veces confiando que iba a llegar un dinero, el suficiente para cumplir mi sueño, y al final nunca llegaba.
–¿Cuántas veces se planteó tirar la toalla?
–Muchas. Hacer una película es como parir un dinosaurio, algo gigantesco. Es curioso, porque se supone que el director posee el control de todo, pero yo no me sentí guiando, sino descubriendo, haciendo camino al andar.
NANDO SALVÀ/ El Periódico de Catalunya
ESTRENO MUNDIALAunque James Cameron se empeñe en defender que es "sólo cine", a nadie escapa que 'Avatar', la superproducción con la que el director de Titanic regresa al ruedo, es una nueva forma de entender, y sobre todo de ver, el Séptimo Arte.
El chorro de millones que ha costado Avatar--con promoción incluida podría superar los 400 millones de dólares-- y la década larga que el proyecto lleva en la cabeza de Cameron han servido para alumbrar un espectáculo único. Una fábula ecologista rodada en tres dimensiones con un marcado mensaje antiimperialista. Un relato aderezado además con una bella historia de amor y, sobre todo, con unos paisajes y criaturas sencillamente asombrosas.
¿Por qué tanto entusiasmo? Cierto es que el cine en 3D no es ni mucho menos nuevo. Lo que sí es nuevo es el partido que consigue sacarle Cameron. El armonioso y casi perfecto ensamblaje que consigue entre la historia y los portentos tecnológicos con los que salpica muchas de las escenas de la cinta.
Cierto es también que en las dos horas y media de metraje de Avatar puede haber momentos en los que la historia no avanza a un ritmo vivo... pero, sinceramente, da lo mismo. La sensación de estar ante algo nunca visto en una pantalla de cine, de estar dentro de Pandora, el maravilloso planeta ideado por Cameron, no dan oportunidad al aburrimiento.
En la que puede ser la película del año encontraremos místicos nativos azules de tres metros con rasgos que se mueven entre lo humano y lo felino, trepidantes persecuciones por una selva salvaje poblada por criaturas a medio camino entre Jurasic Park y Alien, vuelos entre montañas flotantes a lomos de gigantescos reptiles alados... Pero lo que deja literalmente pasmado al espectador son los planos nocturnos de Pandora, con increíbles seres reflectantes, plantas fluorescentes que se iluminan al tocarse y un sinfín de detalles que, gracias a la proyección en 3D, ven multiplicado su impacto en el respetable.¿ES SOLO CINE?
Actores moviéndose ante un escenario verde y vacío forrados de licra con centenares de sensores para atrapar sus movimientos mientras decenas de cámaras captan cada uno de sus gestos para convertirlos al lenguaje binario. Una nueva forma de rodar, totalmente opuesta a lo que hizo en Titanic, aunque Cameron defienda que tanto una como otra sean sólo cine. "Es completamente cine, pero creo que el cine se redefine a sí mismo cada ciertos años con las nuevas técnicas", afirmó Cameron durante la premiere en París de la cinta.
El mayor reto para él, según confesó, era conseguir que los efectos especiales y la tecnología no acapararan todo el protagonismo, que no sobrepasaran la historia, desconectando al público y convirtiéndose en el eje central de toda la película. Y a juzgar por lo que dice el elenco no fue un reto fácil de superar. "La tecnología del rodaje fue más de ciencia ficción que la propia historia", renoció Sigourney Weaver, estrella con Cameron en la saga Alien y que en esta ocasión interpreta a una científica.
Pero el verdadero veredicto se dictará a partir del próximo día 18 de diciembre. Será la taquilla la que decida, las cifras serán quienes determinen si las gafas bicolor son el bastón en el que Hollywood deberá apoyarse en los próximos años, si Cameron y su Avatar han marcado el principio de una nueva era.
fuente: adn.es
Reunió más de 30.000 imágenes preparatorias para un rodaje faraónico que no se hizo realidad. El director norteamericano trabajó hasta su muerte en el proyecto de un filme sobre Napoleón
Un libro de solo 1.000 ejemplares, que pesa más de 10 kilos y cuesta 500 euros, es sin duda una extravagancia delirante. Stanley Kubrick´s Napoleón: The greatest movie never made (El Napoleón de Stanley Kubrick: La película más grande jamás filmada), que acaba de publicar Taschen y se presentó el martes por la noche en el domicilio del fallecido cineasta, es la historia de una obsesión desmesurada y de una aventura frustrada. Napoleón Bonaparte es un filme de Kubrick que nadie pudo ver, ni figura entre sus 13 largometrajes. Fue sin embargo un proyecto monumental en el que trabajó durante 40 años.
Meticuloso hasta niveles enfermizos, el director de 2001: una odisea del espacio, estaba fascinado con el emperador francés, sobre el que llegó a leer 500 libros. Desde 1967, cuando se propuso llevar su vida a la pantalla, inició una investigación sin fin. Sus ayudantes recorrieron los lugares donde trascurrió la existencia de Napoleón recopilando información y tomando imágenes. El equipo llegó a reunir 15.000 fotos y 17.000 diapositivas sobre objetos, uniformes, escenarios y otros documentos relacionados
LIBRO DE LIBROS / Ahora y por primera vez, los cinéfilos pueden descubrir ese fascinante material, que incluye correspondencia y los borradores del guión. Kubrick quería hacer la película de su vida. El filme duraría tres horas y se rodaría en Rumania, Francia e Inglaterra. El relato épico estaría repleto de grandiosas batallas, con 50.000 soldados yugoslavos y rumanos como extras en Austerlitz y Eylau. El presupuesto inicial de 5,2 millones de dólares (unos 100 millones de hoy) la convertiría en la película más cara de su tiempo. Peter O’Toole, Alec Guinness, Jean Paul Belmondo y más tarde Jack Nicholson, sonaron para encarnar a Napoleón. Josefina sería Charlotte Rampling, después de que Audrey Hepburn rechazara el papel. «La historia tiene todo lo bueno que puede tener. Un héroe encumbrado, enemigos poderosos, un ejército, una historia de amor trágica, amigos leales y traicioneros y mucho valor, crueldad y sexo», había dicho Kubrick. Desgraciadamente el proyecto nunca se realizó. MGM primero y United Artists después consideraron el rodaje demasiado arriesgado. A pesar de ello, Kubrick siguió recopilando material hasta su muerte en 1999, justo antes del estreno de Eyes wide shut.
A la sombra de mi padre ('In my father's shadow'), el libro de
recuerdos escrito por su hija, coincide con una película de ficción sobre el
director
Orson Welles acabó harto de que le dijeran que Ciudadano Kane (1941), considerada por los críticos como la película cumbre en la historia del cine, era su mejor realización. "Es un trabajo de mi juventud, cuando no sabía nada mejor que usar los trucos que veía en los libros. Eso es lo que todos encumbran. Y ahora hasta mi hija me viene con lo mismo".
Sí, Chris Welles Feder, la primogénita del genio, recuerda este comentario en el libro que ha publicado sobre sus recuerdos, In my father's shadow (A la sombra de mi padre). "Créeme –añade el cineasta–, lo más magnífico que jamás he realizado es Campanadas a medianoche (1965). Me enferma que la gente ponga por las nubes a Ciudadano Kane y no diga nada positivo de este otro filme, mi gran obra maestra".
Chris Welles retrata la difícil convivencia entre el creativo genial, un prodigio desde la infancia, con opiniones casi siempre contra corriente, y el padre, que fue como un Guadiana, unas veces estaba y otras desaparecía. Cerca del 2010, cuando se cumplirá el 25.º aniversario de la muerte de este Leonardo del siglo XX –tocó todo los palos–, la aparición de este libro ha coincidido con el estreno de una película de éxito en Nueva York, Me and Orson, en la que se describe cómo realizó el montaje de Julio César en el Mercury Theater de la calle 41, en 1937.
"Estar casada con Orson –recuerda Chris que le comentó su madre, Virginia– es lo más duro de mi vida y lo más excitante". Virginia estaba embarazada de la que sería Christopher –nombre de niño, por antojo del padre, que al nacer en 1938 envió telegramas con el texto "Christopher, ella está aquí"–, cuando se estrenó esa obra de Shakespeare. "No tienes ni idea –le explicó la madre– de lo impactante que resultó hacerla con vestuario moderno. Fue electrificante, no se hablaba de nada más".
Así era Orson Welles, capaz de lo mejor y lo peor. Chris escribe que en ocasiones se olvidó de su cumpleaños, pero en otras le hacía grandes homenajes. Al cumplir los cinco, el hombre que atemorizó a Estados Unidos con la versión radiofónica de La guerra de los Mundos, le retransmitió su cuento preferido, Blancanieves y los siete enanitos. A los trece se la llevó de viaje por Europa. En Londres, su padre hizo que Laurence Olivier y Vivian Leigh les invitarán a una comida en su castillo. "Tu padre es un extraordinario actor y director. Tal vez ahora lo repudia la industria, pero el tiempo demostrará lo equivocados que están. Entre nosotros, Orson es el verdadero artista". Se lo dijo Olivier, en una época en que, paseando por la capital británica, no podían evitar escuchar la música de El tercer hombre y el asedio de los que pedían autógrafos. Chris vio allí esa película, junto a su padre. Le preguntó de qué hacía.
"De villano", le contestó,
–Quiero que seas el héroe.
–Los villanos son más divertidos.
El gran seductor
Mujeriego empedernido –su hija Chris relata la pena que ella tuvo cuando su padre se separó de Rita Hayworth, la esposa que sucedió a su madre–, amante de Bach y Albinoni, insomne desde niño, gran comedor y mejor bebedor, Orson Welles siempre aseguró a su primogénita, a la que le aconsejó no ser ni actriz ni dedicarse a la música –"Serás muy infeliz"–, que la mejor escuela era viajar. Chris relata varios de los trayectos que realizó junto a su padre. Para ella es inolvidable el viaje de 1954 por España. Madrid, Toledo, Barcelona, la Costa Brava. "España es mi país preferido –le aseguró– porque tienen muy presente el conocimiento de la tragedia, la aceptación de la muerte".
fuente:La Vanguadia.es
De visita en Buenos Aires como invitada a Ventana Sur, el flamante mercado de cine que crearon el INCAA y Cannes, Claudia Bedogni, directora comercial del Instituto Cinecittà/Luce, cuenta los últimos movimientos de esta institución, meca del cine italiano.
Negocios en celuloide. Bedogni explica el alcance de su acuerdo con el INCAA y elogia a los directores argentinos.
La mítica película de Carol Reed cumple los 60 años convertida en una joya del cine. En Viena, aún hoy, se pueden encontrar referencias al filme y las sombras de Harry Lime.
Han pasado 60 años y la cítara de Anton Karas y las sombras de Harry Lime -Orson Welles- permanecen vivas en la maravillosa parte antigua de Viena. Durante años, muchísimas personas tuvieron la sensación de que El Tercer Hombre era una película de Welles, pero la realidad, y los expertos han sido contundentes, el éxito de The Third Man, basada en un guión de Graham Greene, hay que atribuírselo a su director, el británico Carol Reed.
La historia es bien conocida, Holly Martins un escritor de pulp fiction llega a Viena en busca de un amigo, Lime, Harry Lime. La ciudad de Viena se está rehaciendo de los bombardeos aliados y se halla dividida en cuatro zonas -americana, rusa, inglesa y francesa-. Todo se complica al saber Martins que su amigo ha muerto.
A lo largo del filme, Martins se enamora de la novia de Lime, la checoslovaca refugiada y sin papeles Anna Schmidt (Alida Valli), y un inspector del Scotland Yard destinado en Viena con el rango de comandante militar, "Calloway, no Callaghan", (Trevor Howard) le informa de que su amigo era un contrabandista de penicilina adulterada responsable de la muerte de muchos niños.
Un reloj de cuco
Lime, en realidad, no ha muerto, aparece vivo y protagoniza alguna de las mejores escenas del cine y una frase que Reed y Greene sí le atribuyeron y que será eterna. "Recuerda lo que dijo no sé quien. En Italia, en 30 años de dominación de los Borgia no hubo más que guerras, terror, matanzas... pero surgieron Miguel Ángel, Leonardo da Vinci y el Renacimiento. En Suiza por el contrario tuvieron quinientos años de amor, democracia y paz. ¿Y cuál fue el resultado? El reloj de cuco".
La persecución de Lime por las calles y cloacas de Viena -filmada también en Londres ante la negativa de Welles de rodar en el escenario real-, la música y el desenlace configuran, además del resto del reparto una obra maestra.
Visitar hoy Viena representa un privilegio. Los palacios, la pintura de Klimt, el hotel Sacher, los cafés, como el Central o el Mozart, el vino, la escalopa vienesa... pero seguir la pista de qué pasó aquí durante aquel rodaje no es tan fácil. La historiadora Brigitte Timmermann, una experta en el filme y la organizadora de unas exclusivas rutas que visitan los lugares emblemáticos de la cinta asegura que la "película Der dritte Mann no es muy popular en Viena, "porque recuerda una época de la ciudad que muchos desean olvidar".
Pero resulta evidente que es imposible borrar de Viena aquellas sombras, aquellas calles regadas, aquellas caras y la gran noria, que sigue dando vueltas en el Prater, esperando que Lime y Martins vuelvan a subir en uno de sus rojos vagones de madera.
Un aspecto poco conocido de la película es que Greene escribió el guión inspirado en sus años en el servicio de inteligencia británico y en su amistad con su jefe, Kim Philby, el maestro de todos los espías, el inglés que trabajó para la KGB.
Philby, que había sido jefe de Greene, estuvo destinado en Viena en 1934 y logró salvar a un grupo de socialistas de las garras fascistas usando las bodegas subterráneas conectadas de la ciudad antigua. Aquella peripecia inspiró a Greene a hacer el guión que finalmente comprarían David O. Selznick y Alexander Korda.
Philby en España
Greene siempre supo que su jefe era un agente doble, pero nunca le delató. Philby escribió para The Times en la guerra de España a favor del avance de las tropas de Franco, aunque ya espiara para los rusos.
Harold Adrian Russell Philby, inspiró el nombre de Holly Martins. Harold, Harold... Harry... Holly. Philby murió en Moscú en 1988, a los 76 años, y recibió honores militares.
Pero todo el realismo y los efectos de la guerra fría que ya se vislumbran en la película también tuvieron sus trucos. La toma de los dedos de Lime intentando abrir una alcantarilla es falsa. Es en realidad Reed, el director, y la alcantarilla estaba en Londres. Las de Viena son demasiado gruesas para que las manos de una persona puedan sobresalir a la superficie.
Y el gran desengaño... La escena del portal, la luz que se enciende y da vida a Lime, en el número 8 de la Schreyvogelgasse también se rodó en Londres.
La Josefs Platz
Hay sin embargo en Viena un plato fuerte. La Josefsplatz, el lugar donde muere Lime, está intacta, y su número 5 mantiene sus figuras y su puerta de madera.
Los protagonistas de El Tercer Hombre merecen un lugar privilegiado en la inmortalidad del cine.
Todos ellos han fallecido... Welles, Valli, Cotten, Howard... el sargento Paine (Bernard Lee), el doctor Winkel (Erich Ponto), el baron Kurtz (Ernst Deutsch), Popescu (Siegfried Breuer), Kart, el portero de Lime (Paul Hoerbiger), o la portera de Anna (Hedwig Bleibtreu). El único que aún vive es Herbert Halbik (Viena,1945), que en la película interpreta al niño de cuatro años Hansel, que acusa a Martins de haber matado al portero.
Esta película resucita ahora con más fuerza que nunca en el 60 aniversario del rodaje del gran Reed. Y Viena, monumental, mágica, antigua, espera a que alguien pueda encontrarse cara a cara con H Lime y suene de repente la cítara de Karas.
DE PASEO POR LA VIENA DE CAROL REED
En Viena resulta efectivamente difícil encontrar datos o referencias a la película de Carol Reed. De hecho, es la iniciativa privada la que te permite visitar los lugares donde se inspiró y rodó la película -viennawalks.com- y un museo -3mpc.net- donde se recopila material original de la cinta y objetos del periodo histórico en el que se enmarca el guión de Graham Greene.
También puede verse la película, en su versión inglesa en un cine local. El Tercer Hombre tuvo varias versiones y el original fue acortado 11 minutos. Hay DVD que permiten ver las diferencias entre las versionesamericana e inglesa.
El Gorro de Hansel
Gerhard Strassegschwandtner trabajaba de guía en Viena cuando logró reunir varios objetos relacionados con la película. Lo que primero fue una afición, pasó a ser una obsesión que dio como resultado el museo privado, Third Man Museum, que puede visitarse los sábados y días a convenir. Allí se encuentran, por ejemplo, el gorro de Hansel, el niño que denuncia a Martins, pósters promocionales de la película, fotografías del rodaje, telegramas, todo tipo de documentos, copias de la cinta, ejemplares del libro de Greene, versiones musicales, incluidos los Beatles, y un elemento de gran valor: la cítara original que Anton Karas utilizó en el filme.
Lo más interesante sin embargo es la documentación sobre la Viena ocupada y la explicación de la estrategia del general norteamericano Mark Clark de por qué Austria no terminó en manos soviéticas. La visita al museo de El Tercer Hombre es imprescindible.
Alberto Montagut/Viena
fuente: ADN.es
Se estrenará en 2010 en EEUU
Kevin Spacey ha visitado Madrid con motivo de la presentación de la próxima película 'The Social Network', que cuenta la historia de los fundadores de Facebook, y en la que el actor galardonado con dos Óscar ha intervenido como productor ejecutivo.
La presentación se ha realizado en el marco de la tercera edición del Foro Internacional de Contenidos Digitales (FICOD), .
Al principio confiesa que no estaba muy entusiasmado con el proyecto. Más bien asegura que se mostraba un tanto escéptico ante el tema y se preguntaba "¿cómo puede esto ser una película?". "Cuando escuché la historia, lo entendí". Entonces empezó a confiar en esa historia dos jóvenes, Eduardo Saverin y Mark Zuckerberg, que al final lo que hacen es luchar por sus sueños. "Es una historia para ser contada".
La idea nace de un libro 'The accidental billionaires', lanzado hace sólo unos meses, de Ben Mezrich, que relata la historia de dos jóvenes universitarios de Harvard que se embarcan en un proyecto novedoso, no del todo suyo según la historia, y que finalmente será la red social más famosa del mundo, Facebook, y que les convertirá, como indica el título de la obra, en millonarios de forma accidental; casi sin querer.
"Todo fue muy rápido", apunta el actor. Lo que normalmente lleva años, desde que se presenta la idea a los estudios y ésta finalmente se lleva a cabo, en este caso cobró una rapidez inusitada. Es más, la cinta, dirigida por David Fincher, se rodará este mismo otoño entre Boston y Los Ángeles, actualmente está en plena fase de preproducción y se estrenará en Estados Unidos en 2010.
El actor americano ha apostado por el apoyo a una juventud que luche por sus sueños, "no importa cómo de imposibles sean esos sueños". Ese soporte, cree, es la mejor garantía para negocios exitosos.
Respecto a la era tecnológica en la que nos encontramos, el actor ha realizado su particular valoración. En ella, destaca que tenemos "más acceso a la información que nunca y más rápidamente". Ha destacado que las plataformas tipo Facebook o Twitter son "un gran sitio para las compañías". Por otra parte, cree en "nuevas fuentes de información", que no tienen nada que ver con los periódicos. Así, por ejemplo, cree que Twitter se ha convertido en una fuente de información: "cuando quieres saber cómo es una película, acudes a Twitter" y allí los usuarios aportan sus críticas. Es más, ahora "te puedes bajar una película al iPhone y comentarla en Facebook", algo impensable años atrás.
Cómodo y suelto ante un gran aforo, Spacey ha animado al público a que publique en las redes sociales lo bueno o malo que ha sido su intervención. De hecho, él mismo ha confesado que tiene perfil en Twitter y en Facebook. Éste último se lo hizo tras descubrir que había siete perfiles en la red social con su nombre y ninguno de ellos era auténtico.
El acto ha terminado con una entrevista realizada por el presidente de la Academia de la Televisión, Manuel Campo Vidal. En ella, el actor, incluso más relajado que antes, se ha permitido el lujo de recordar a los traductores e incluso hacerles partícipes de la ponencia y de mostrarse "cansado de preguntas sobre Facebook".
fuente: elmundo.es
“Ya no amo Italia pero sí el cine que habla del hombre y sus problemas”
Pasará a la historia por sus tortas con Terence Hill
El actor italiano Carlo Pedersoli, más conocido por su nombre cinematográfico, Bud Spencer, cumple 80 años de una vida donde ha triunfado en el deporte como nadador y en la pantalla con sus épicos puñetazos al lado de su inseparable compañero Terence Hill.
Alejado de los grandes platós, Bud Spencer protagoniza actualmente en la teleserie 'I deliti del cuoco' (Los delitos del cocinero), donde interpreta el papel de un comisario de policía amante de la cocina.
"No me pondré a hacer volteretas, a mi edad prefiero las cosas simples. Además el lunes se vuelve a trabajar", explicó Spencer a los medios de comunicación que le preguntaron cómo festejaría su cumpleaños.
El gran público conoce a Spencer por ser el gigante bueno en algunos 'Spaghetti western' cómicos junto con Mario Girotti, el verdadero nombre de Terence Hill.
Puños de hierro, aletas de pez
Pocos saben que Spencer también fue un gran atleta. Jugador de waterpolo, fue el primer italiano que bajó del minuto en los 100 metros libres, participando además en los Juegos Olímpicos de Helsinki 1952, Melbourne 1956 y Roma 1960.
Carlo Pedersoli nació en Nápoles y pasó parte de su adolescencia en Río de Janeiro. Tras esta paréntesis marchó a Roma, donde retomó los estudios y su amor por la natación.
"Mi gran éxito es mérito del público que ha mostrado su simpatía por este hombre de 120-150 kilos, pero el deporte me ha enseñado los grandes valores de la vida", cuenta Bud.
Su físico imponente llamó a las puertas de la interpretación en algunas películas como 'Quo Vadis?' (1951). Aunque su primer papel importante fue el del agresivo Nando de la película de Mario Monicelli 'Un eroe dei nostri tempi' (1955).
En 1957 dejó Italia y volvió a Sudamérica, donde trabajó como obrero de la construcción por un tiempo antes de volver para probar fortuna con la música, siendo autor de canciones para cantantes del momento como Ornella Vanoni y Nico Fidenco.
No obstante, las cámaras no había acabado con sus puños. Su regreso a la pantalla grande fue con el título de Giuseppe Colizzi 'Dio perdona... ma io no' (1967), que marcó el tipo de personaje que después interpretaría Spencer, el del gigante bueno, al que es mejor que no hacerle enfadar.
Su encuentro con Terence Hill fue el que le catapultó a la fama dando lugar a un auténtico genero cinematográfico con películas como 'I quattro dell'Ave Maria' (1968), 'La collina degli stivali' ("La colina de las botas, 1969) o 'Lo chiamavano Trinità...' (Le llamaban Trinidad, 1970), entre otras.
Otras películas míticas, no ambientadas en el lejano oeste, fueron 'Chi trova un amico, trova un tesoro' (Quién tiene un amigo, tiene un tesoro, 1981); Miami Supercops (Dos superpolicías en Miami, 1985); Altrimenti ci arrabbiamo (Y si no, nos enfadamos, 1974) y Botte di Natale (Y en Nochebuena, se armó el Belén).
Por su cuenta, otras películas destacadas son 'Banana Joe' (1981) y 'Lo chiamavano Bulldozer' (Le llamaban Pegafuerte, 1978).
Carlo Pedersoli también quiso dar el salto a la política y se presentó en 2005 a las elecciones regionales del Lazio, cuya capital es Roma, en las listas de Forza Italia, el partido de Silvio Berlusconi, pero no fue elegido.
fuente:elmundo. es
Los filmes con elevadas dosis de crueldad están en auge entre jóvenes y adolescentes - 'Saw VI' es la primera película de terror catalogada como X - La tortura como otra forma de pornografía
Fotografía: Jennifer’s Body, en una escena de cine de terror
GREGORIO BELINCHÓN / CARMEN PÉREZ-LANZAC
Por primera vez en España un filme, Saw VI, ha sido calificado como película X por su "apología de la violencia". Su estreno, previsto el pasado viernes 23 de octubre, se ha pospuesto. Las 300 copias de la película reposan en un almacen a la espera de que la Comisión de Calificación del Ministerio de Cultura revoque -o no- su decisión. Mientras tanto, el teléfono de la sala X de la calle Duque de Alba de Madrid, una de las ocho de España que aún sobrevive al tirón del porno en Internet, no para de sonar. "¿Que si ha llamado alguien?", dice la recepcionista. "Me duele la oreja de responder a chavales jóvenes que llaman preguntando si la vamos a echar".