15/10/09

Manifiesto del cinéfilo

Hay gente a la que le gustan las películas y hay cinéfilos. La diferencia no es sutil. A aquellos les gustan como podrían gustarle el pollo en brasas o los cigarrillos mentolados. Son los que van al cine en manadas o al menos en pareja (y, en este caso, para besarse y toquetearse), piden un perro y una pepsi y sus juicios de valor están constituidos únicamente por frases del tipo “Esa película es arrecha”. A los cinéfilos, en cambio, les pasan otras cosas. El cine es una experiencia intrínseca al hecho mismo de vivir. Serán los cinéfilos, entonces, quienes apreciarán estos apuntes de Dillinger, un magnífico manifiesto del cinéfilo:
Eres Ingrid Bergman volviendo desde el pasado para romperme
el corazón. Rita Hayworth quitándote el guante de la madrugada. Eres Sophia
Loren subiéndose una media en la Piazza Navona y eres Anita Ekberg resurgiendo
entre las aguas de Roma. Eres Leslie Caron bailando en París. Diane Keaton
sentada en un parque de Manhattan. Eres la mujer que me envenena, la mujer que
me mata, la mujer del cuadro eres tú. Eres Shirley MacLaine abriéndome el
ascensor. Eres Catherine Deneuve bajo la lluvia de Cherburgo. Jean Seberg
robándome un cigarrillo. Debbie Reynolds sacándome de un apuro. Eres Lauren
Bacall cantando en un hotel de La Martinica. Ida Lupino en mi último refugio.
Eres Marilyn suicidándose con Seconal. Ana Karina bailando el twist. Eres Gena
Rowlands esperando en la puerta de un teatro la respuesta del tiempo. Eres
los 0jos de Bette Davis y Ava Gardner fumando de madrugada. Eres la fiera de
mi niña y Mary Astor acariciando la materia de la que están hechos los
sueños. Eres las piernas de Cyd Charisse. El pelo de Maureen O’Hara.

Cinefilia es pasión, no cabe duda. Como nota al margen, vayan a leer el blog de Juan Carlo Rodríguez, donde no se hace crítica de cine: se destila cinefilia.
http://cinenojo@blogspot.com

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