24/6/11

Peter Falk, algo más que el teniente Colombo

El actor muere a los 83 años.Trabajó con John Cassavetes en películas como Un actor en apuros y Una mujer bajo la influencia
Foto del actor Peter Falk en su papel del detective Colombo.foto.fuente:elpais.com

Se despedía del culpable, que respiraba aliviado, se alejaba de la cámara, y en el último momento soltaba aquello de "Solo una cosa más...". Y ahí todos los televidentes sabíamos que el caso estaba resuelto, y que el teniente Colombo -en su versión original, Columbo- había vuelto a triunfar. El jueves Peter Falk, el actor que daba vida al mítico detective, el íntimo amigo de John Cassavetes, el abuelo de La princesa prometida, falleció en su casa de Beverly Hills a los 83 años. Aunque sufría de Alzhéimer, en el anuncio realizado por un amigo de la familia no se han especificado las causas de la muerte. Por cierto, Solo una cosa más se convirtió en el título de sus memorias en 2006.

Falk ha sido algo más de un policía con gabardina grasienta -por cierto, era suya-, un Peugeot 403 del 59 y una esposa de la que hablaba a menudo, pero que nunca vimos en la pantalla. Falk fue algo más que Colombo. Que mucha gente solo recuerde su protagonismo en la serie de la pequeña pantalla ?personaje que resucitó en diversos telefilmes?, no debería hacer olvidar que este neoyorquino logró dos candidaturas a los Oscar o que trabajó en algunos de las mejores películas de John Cassavetes. Perteneciente a una familia con raíces polacas, húngaras y checas, Falk nació en 1927 en Nueva York. A los tres años tuvieron que extraerle su ojo derecho por culpa de un cáncer y usó de por vida uno de cristal. Aún así, apasionado de los deportes, compitió en atletismo, béisbol y baloncesto, y aunque participó en las típicas funciones escolares, cuando acabó el instituto intentó alistarse en la Armada en 1945. Rechazado por su ojo de cristal, acabó de cocinero en la marina mercante. Después de año y medio enrolado, acabó harto de agua, volvió a estudiar en EE UU, antes de viajar por Europa seis meses. "No sabía qué hacer con mi vida", comentó en su autobiografía. En 1952 retornó a los estudios en la Universidad de Siracusa, donde se graduó en Administración Pública. Intentó entrar en la CIA, donde no le aceptaron por haber pertenecido a un sindicato en su periodo en la marina, y empezó a dedicarse al teatro en una compañía de actores aficionados, y a estudiar en las clases de Eva Le Gallienne.

Le Gallienne fue la primera que se dio cuenta de su talento, intercedió por él ante un par de agentes y le empujó a que dejara su trabajo de contable en Hartford (Connecticut): Falk se mudó a probar suerte en Nueva York en 1956.

En el teatro, Falk prontó logró una gran reputación, y a pesar de que un agente le dijo que no intentara probar suerte en el cine o en la televisión por su ojo de cristal, y que Harry Cohn, el mandamás de Columbia, rechazara contratarle diciendo "Por el mismo precio, tengo un actor con dos ojos", Falk ya fue candidato al Oscar en 1960 por su interpretación del gánster Abe Reles en El sindicato del crimen. Ese mismo año también compitió por el Emmy por la serie The law and Mr. Jones, convirtiéndose en el primer actor seleccionado una misma temporada en ambos premios. En 1961 repitió la jugada: candidato al Oscar por Un gánster para un milagro (la última película de Frank Capra, que dijo que en aquel rodaje solo le alegró la vida Falk) y al Emmy, que ganó, por su aparición en The price of tomatoes, de la serie The Dick Powell show.

Durante los años sesenta, Falk no dejó de trabajar en la televisión y el cine, en películas como La carrera del siglo, El mundo está loco, loco, loco o La batalla de Anzio. En 1969 actuó junto a John Cassavetes en Las Vegas 1970 y cuando este dirigió Maridos, llamó a Falk para que trabajara a sus órdenes. La amistad y la colaboración Cassavetes-Falk volvería a repetirse, con éxito en Una mujer bajo la influencia (donde Falk forma pareja prodigiosa con Gena Rowlands), Mikey y Nicky (actuaron juntos dirigidos por Elaine May), Opening night, Un hombre en apuros y en Columbo: Étude in black. Sí, Cassavetes actuó en uno de los episodios de la mítica serie.

Porque en 1971 Falk aceptó la oferta para encarnar a un detective dicharachero, que ya había aparecido como personaje en series precedentes. Aunque la serie como tal duró hasta 1978, Colombo resucitó en diversos telefilmes de 1989 a 2003. Por cierto, el primer episodio de Colombo lo dirigió un chaval de 25 años llamado Steven Spielberg. "Tuvimos suerte. Yo ya avisé a los productores que aquel chico era demasiado bueno para estar haciendo Colombo".

Gracias al policía, Falk fue candidato 10 veces más a los Emmy (ganó cuatro con Colombo), y a nueve Globos de Oro (solo obtuvo uno). En cambio, por sus fascinantes trabajos con Cassavetes no recibió ningún reconocimiento.

Hasta 2004, cuando dobló a uno de los peces de El espantatiburones, no dejó de trabajar constantemente en filmes como Un cadáver a los postres (1976), Los suegros (1979), Chicas con gancho (1987), en su estupenda doble colaboración con Wim Wenders (El cielo sobre Berlín y ¡Tan lejos, tan cerca!), y sobre todo, como el abuelo que narraba a su nieto (Fred Savage) las aventuras de La princesa prometida. En uno de los mejores diálogos de un título mítico lleno de grandes diálogos, se oía esta conversación: "Abuelo, ya se están besando otra vez", se quejaba el niño. Y él respondía: "Algún día eso no te importará demasiado".

Con su primera esposa, Alyce Mayo, con quien estuvo casado de 1960 a 1976, adoptó dos niñas, Catherine (que acabaría siendo detective privado) y Jackie. Volvió a casarse em 1977, con la actriz Shera Danese, a quien había conocido en el plató de Colombo. En junio de 2009 el intérprete estadounidense quedó bajo la custodia de Danese después de que un juez de Los Ángeles le declarara incapacitado por demencia senil como sentencia a una batalla legal de seis meses entre Danese y Catherine, que aseguraba que no le dejaban ver a su padre... aunque sobre su declaración siempre estuvo la sombra de la sospecha: Catherine ya había demandado a su padre en 1992 por no pagarle la Universidad. En aquella audiencia, uno de los médicos de Falk confirmó que el intérprete neoyorquino padecía demencia avanzada y que había empezado a mostrar señales de demencia senil en 2005. En ese año, antes del avance del Alzhéimer, a Falk le homenajearon en su pequeño pueblo natal, Ossining (Nueva York). Para descubrir la placa que daba su nombre a una calle, Falk tuvo que quitar la prenda que cubría la señal. Y no usaron la típica sábana, sino una gabardina.

En su web aún se pueden ver ejemplos de su gran pasión: la pintura.

23/6/11

Buscan actores para protagonizar la primera película creada por «Twitter»

El proyecto de cine colaborativo TweetPeli ha comenzado un casting, a través del programa de videollamada "Skype", para acompañar al actor Eduardo Noriega en la primera película cuyo guión está basado en historias creadas por usuarios de Twitter
Buscan actores para protagonizar la primera película creada por Twitter.foto.fuente:larazon.es

El Festival Internacional Cinema Jove señaló, en un comunicado, que se trata de la primera selección de actores a través de redes sociales.

El coordinador del proyecto, Valentí Sanjuan, ha explicado que la "TweetPeli" nace con una finalidad social y su intención es "hacer un largometraje a coste cero, sólo con las aportaciones de horas, material, contactos y trabajo de los 'twitteros'".

El proyecto, en fase de preproducción, tendrá siete directores, contará con la colaboración de Zentropa, la productora de Lars von Trier.y en la banda sonora participarán grupos como Love of Lesbian, Pinker Tones y Amics de les arts.

El coordinador de la película ha asegurado que "todo lo que se consiga" con la distribución del largometraje se destinará a una ONG que los usuarios escogerán por votación.

Sale a la luz uno de los primeros diálogos escritos por Charlie Chaplin

El texto revela los titubeos y la inseguridad de la estrella del cine mudo con los diálogos ante la transición del cine hacia el sonido
Sale a la luz uno de los primeros diálogos escritos por Charlie Chaplin.foto:Efe.fuente:lavanguardia.com

La familia de Charlie Chaplin (1889-1977) ha dado a conocer el que se supone que es el primer diálogo que escribió el actor británico para una película hablada, Bali, concebida como una crítica al colonialismo en la isla indonesia, informa The Guardian.

Según el periódico, que ha obtenido el manuscrito directamente de la Asociación Chaplin, fundada por la familia, el texto revela los titubeos y la inseguridad de la estrella del cine mudo con los diálogos ante la transición del cine hacia el sonido.
Se trata de unas 50 páginas escritas de puño y letra del intérprete que reflejan algunas de sus experiencias cuando visitó Bali con su hermano, Sydney, en 1932, y su percepción de la absurdidad del colonialismo, en que, por ejemplo, se hacía trabajar a los nativos, o se les cobraba por cosas que no necesitaban.

Según los expertos consultados por The Guardian, el manuscrito evidencia las dificultades que en un principio tuvo Chaplin para escribir diálogos y que le llevaron a tener una verdadera crisis personal al respecto, que hizo que no sacara su primera película sonora, El gran dictador (que se convirtió en su obra maestra), hasta 1940, mucho después de que se estrenaran los filmes dialogados.

Cuando ya había películas sonoras fascinando a la audiencia, como The jazz singer en 1927, Chaplin aún insistía en las mudas, y en 1931 estrenó City of lights, para la que, según el diario, había escrito un guión que al final no se utilizó.
En un momento dado, recuerda el periódico, la crisis por la transición del cine se le hizo tan insoportable que contempló dejar su carrera y convertirse en diputado en el Reino Unido. Llegó a escribir: "Aunque City of lights fue un gran triunfo... estaba obsesionado por el deprimente temor de estar pasado de moda".

David Robinson, el biógrafo de Chaplin, cree que el manuscrito sobre Bali "es un proyecto nuevo y desconocido de Chaplin", y posiblemente su primer intento de diálogo para un filme sonoro.
El manuscrito ofrece ejemplos de cómo abordaba el actor y director los diálogos.

Al satirizar la interferencia de los holandeses en la vida de los nativos, vio el potencial cómico de hechos como que los habitantes de la isla tuvieran que pagar impuestos por las carreteras.
"Si queremos carreteras, las construimos, como hacemos con todo lo demás, sin necesidad de oro ni de impuestos", afirma el rey de la isla en el esbozo de guión.

En otro pasaje, un nativo se pregunta qué hacen los colonizadores con el oro: "Nunca les ves llevándolo en sus cuellos o muñecas".
"Lo llevan en sus bolsillos. Me pregunto cómo no les rasga sus pareos de dos piernas", contesta otro balinés.

22/6/11

Entre cinco y diez filmes optarán al Oscar a la Mejor Película

La Academia de Cine de Hollywood ha decidido volver a cambiar su sistema de selección de películas
El codiciado Oscar cambia las reglas de elección de película extranjera.foto:oscars.org.fuente:lavanguardia.com

La Academia de Cine de Hollywood ha decidido volver a cambiar su sistema de selección para el Oscar a la Mejor Película, galardón al que a partir de la próxima edición podrá optar entre cinco y diez filmes.

Durante sus siete primeras décadas, los Oscar solo permitían la inclusión de cinco películas en la categoría a Mejor Película del año. Estos parámetros cambiaron en 2009, cuando el cupo se amplió a diez filmes.

"Una nominación para Mejor Película debe ser indicador de un mérito extraordinario. Si solo hay ocho películas que realmente merezcan este honor en un año determinado, no debemos sentirnos en la obligación de redondear el número", explicó Bruce Davis, director ejecutivo de la Academia, en un comunicado de prensa.

El número de películas aspirantes no se anunciará hasta el mes de enero, fecha tradicional en que la Academia da a conocer las nominaciones para todas las candidaturas de sus preciadas estatuillas.

16/6/11

Subastan el vestido que Marylin Monroe lució en "La tentación vive arriba"

Podría alcanzar los 1,4 millones de euros el próximo sábado en una subasta
Marylin Monroe, enfundada en el vestido blanco que será subastado.foto:AP:fuente:abc.es

El vestido blanco que llevaba Marilyn Monroe en la famosa escena del metro en "La tentación vive arriba" (1955), aquella en la que el aire de las rejillas permitía al espectador contemplar sus sugerentes piernas, podría alcanzar los dos millones de dólares (unos 1,4 millones de euros) el sábado próximo en una subasta.

Se trata del "vestido más famoso de la historia del cine", o al menos así lo define la casa de subastas Profiles in History, que pondrá a disposición del público la primera parte de una colección de la actriz Debbie Reynolds, cuyo catálogo total contiene 3.500 vestidos, 20.000 fotografías originales y varios cientos de pósters de películas y objetos relacionados con la industria cinematográfica.

Profiles in History, una de las principales casas de subastas de Estados Unidos., sostiene que es la colección de Hollywood más importante desde la liquidación de Metro-Goldwyn-Mayer (MGM) y Fox en la década de 1970. Reynolds, conocida por sus papeles en clásicos como "Cantando bajo la lluvia" o "Molly Brown siempre a flote", por el que recibió una candidatura al Oscar, ha guardado con celo estos artículos desde que en esa época supo que los estudios planeaban vender todos sus inventarios de vestidos y accesorios.

Vestidas para la historia

La primera parte de la subasta tendrá lugar este sábado en el Paley Center for the Media, en Beverly Hills, donde estarán disponibles setecientos vestidos, entre ellos algunos de los históricos lucidos por Monroe en películas como "Los caballeros las prefieren rubias" (1953), "Luces de candilejas" (1954) o "Río sin retorno" (1954). También estarán disponibles uno de los vestidos de Vivien Leigh en su papel de Scarlett O'Hara en "Lo que el viento se llevó" (1939); el que portaba Julie Andrews en "Sonrisas y lágrimas" (1965) mientras cantaba "Do-Re-Mi"; el mítico de Judy Garland, con sus zapatillas rojas, en su papel de Dorothy en "El mayo de Oz" (1939), que podría rondar los 250.000 dólares (unos 177.000 euros), o la túnica de Charlon Heston en "Ben-Hur" (1959).

Asimismo se podrán encontrar el clásico de Audrey Hepburn en "My Fair Lady" (1964); el del recordado número musical de Gene Kelly en "Cantando bajo la lluvia" (1952); el traje de torero de Rodolfo Valentino en "Sangre y arena" (1922), que podría alcanzar los 80.000 dólares (unos 56.600 euros); el sugerente que exhibía Claudette Colbert en "Cleopatra" (1934), o los de Grace Kelly y Cary Grant en su escena romántica de "Atrapa a un ladrón" (1955).

La colección se completa con objetos que mostraron en sus películas artistas como Greta Garbo, Elizabeth Taylor, Bette Davis, Gene Kelly y Richard Burton, entre otros. La segunda parte de la subasta tendrá lugar en diciembre de este año.

9/6/11

Angie Cepeda y Juana Acosta, premiadas en España

A las actrices colombianas se les reconoce su aporte a la difusión del cine Iberoamericano
Angie Cepeda, actriz colombiana galornonada en España junto a Juanita Acosta.foto.fuente:elespectador.com

Las actrices colombianas Angie Cepeda y Juana Acosta recibieron el Premio de Honor de la Semana de Cine Iberoamericano de Villaverde (Madrid), cuya programación para la undécima edición fue presentada en el mismo acto.

Cepeda y Acosta recibieron el galardón por su contribución a la difusión del cine Iberoamericano, explicaron los organizadores de la Semana de Cine de Villaverde.

El nuevo director de la Semana de Cine, el productor Carlos Taillefer, presentó además los largometrajes y cortometrajes que componen la sección oficial de la edición 2011, que se celebrará del 13 al 18 de junio.

Entre los diez largometrajes a concurso figuran el cubano "Afinidades", dirigido por Vladimir Cruz y Jorge Perrugorría; "América, una historia muy portuguesa", del portugués Joao Nuno Pinto; "Del amor y otros demonios", una producción de Costa Rica y Colombia, dirigida por Hilda Hidalgo, y el español "Malamuerte", dirigido por Vicente Pérez Herrero.

La semana de cine contará también con actividades paralelas como un taller de cine para niños, proyecciones infantiles para colegios y diversas mesas redondas, con temas como "Cinematografía venezolana: ese cine emergente", "Coproducciones entre Argentina y España: esa pareja estable" y "El progreso de la educación audiovisual en Centroamérica".

8/6/11

La glorificación de un terrorista

El actor Edgar Ramírez, quien hace ver a "El Chacal" como un playboy tipo James Bond filmado al estilo de la nueva ola francesa: cámara en mano, cortes rápidos y abruptos y escenarios reales

Edgar Ramírez, actor venezolano, que hace el papel de Carlos, El Chacal.foto:archivo.fuente:letraslibres.com

Ilich Ramírez Sánchez fue capturado en 1994. Desde entonces vive en una cárcel francesa, ya juzgado por el asesinato de tres personas y a la espera de juicio por detonar una bomba en una farmacia. Todo esto en la década del setenta, en Francia, en sus años de gloria, o, si se prefiere, cuando las noticias de los atentados dirigidos por él daban la vuelta al mundo. Para los años ochenta su fama se encontraba un tanto deslavada, y para los noventa era una reliquia de la guerra fría prescindible para los gobiernos que fueron sus aliados. En su época, fue el terrorista más famoso del mundo, equiparable hoy con la fama de Osama bin Laden. En ese entonces, el hombre más temido por los gobiernos del mundo occidental era "Carlos el Chacal": el sobrenombre "Carlos" lo escogió él al entrar a la lucha, mientras que el alias "El Chacal" fue responsabilidad de la prensa.

Carlos, la mini-serie de Oliver Assayas, consta de tres capítulos de poco menos de dos horas cada uno, y va desde su incursión inicial en el terrorismo internacional a favor de la causa palestina en 1973 hasta su detención en Sudán, entregado por el gobierno que lo acogió. La primera parte se enfoca en sus primeros trabajos, desde pequeñas pruebas para comprobar su dedicación a la causa —un asesinato fallido, por ejemplo— hasta eventos más serios bajo su mando. Tras el arresto de uno de sus compañeros y su delación, para huir se ve forzado a asesinar a tres policías, convirtiéndose en una "estrella para los medios occidentales", según palabras del jefe de la fuerza terrorista palestina.

El segundo capítulo relata su acción más temeraria y por la que es vivamente recordado: el asalto a la junta de directivos de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) el 21 de diciembre de 1975, de la que escapó con sus rehenes en un avión, aunque para efectos de la causa palestina, el atentado fue un fiasco. Es expulsado de la célula terrorista, se independiza, forma la suya y busca alianzas con otras causas. "Carlos" Ilich Ramírez ve la lucha armada como una institución internacional en la que cualquier batalla contra el imperialismo es válida y digna de pelearse.

El tercero, en un símil con la segunda parte de Che de Steven Soderbergh, es una espiral en picada. Lo corren de varios países y termina atrapado en una suerte de

callejón sin salida, sin lugar a dónde ir ni gobierno bajo el cual cobijarse. Durante la parte final de su vida como terrorista llevó a cabo asaltos poco trascendentes hasta dejar de tener importancia para quienes antes lo necesitaron. Una pieza del tablero sacrificada al desplomarse el comunismo y la cortina de hierro que dividió el continente europeo por tanto tiempo.

Assayas es un maestro de la gimnasia cinematográfica. La agilidad con la que cuenta la trama es tan seductora como el personaje que encarna el actor Edgar Ramírez, quien hace ver a "El Chacal" como un playboy tipo James Bond filmado al estilo de la nueva ola francesa: cámara en mano, cortes rápidos y abruptos y escenarios reales. El personaje histórico está estilizado a más no poder, porque además del físico del actor que lo interpreta y su presencia en la pantalla, la cantidad de mujeres despampanantes que pasan por sus brazos es embriagante. Aunque la película dice estar basada en una investigación histórica que contiene áreas grises de las que nada se sabe, la licencia que se toma el director se inclina hacia la glorificación del terrorista en vez de la desmitificación. Tras ver los tres capítulos de la mini-serie pareciera que ser terrorista es un intenso vuelo que por emocionante quizá valga la pena.

En su libro El palestino, Antonio Salas, el periodista español que del 2004 al 2009 se infiltró en las filas del terrorismo internacional para investigar y denunciarlo después, cuenta la manera en que logró acercarse al verdadero Ilich Ramírez. Después de años de infiltración se coló tan adentro de distintas organizaciones terroristas que llegó a ser el encargado de la página web de "El Chacal", venezolano de nacimiento. Cuando en 2008 se anunció el rodaje de Carlos en el Festival de Cine de San Sebastián, "a Ilich no le hizo ninguna gracia la noticia", y "en 2010, concluido el rodaje y el montaje de la serie, Ilich Ramírez interpuso una denuncia contra la productora, intentando paralizar su difusión. Argumentó que en la película se valoraban atentados que todavía no han sido juzgados, y de los que se le hace responsable. Los tribunales franceses no le dieron la razón". Aunque uno es periodista y el otro director de cine, el caso de Antonio Salas es antagónico al de Oliver Assayas en cuanto a que el primero exhibe y desmitifica a quienes buscan un cambio a través de las armas, de la sangre y de la muerte, mientras que el segundo eleva al terrorista a un pedestal de héroe épico en aras de la seducción y el entretenimiento. Se dice que no hay que dejar que la verdad se entrometa en una buena historia, sin embargo, Ilich Ramírez dejó dolor y sufrimiento a su paso, un aspecto totalmente ignorado por el realizador francés.

Como divertimiento, Carlos es un gran producto, andando con desfachatez sobre las ruinas de la Historia —y tal vez la Historia sólo sirva para contar historias—. Sería ingenuo pedirle objetividad a una película, ya sea ficción o documental. Sin embargo, existe siempre una ética de por medio, una postura que se torna política y moral. Ignoro si este espectáculo hace algún daño o queda sólo como una buena anécdota. De lo que estoy seguro es que entretiene, y hoy en día no hay nada más venerado que el entretenimiento.

3/6/11

Hace setenta años Kane susurró «rosebud»

"Era un maestro en encontrar nuevas maneras de ver cosas que otros no habían visto en absoluto" Gore Vidal
Orson Welles como Charles Foster Kane en la película Citizen Kane de 1941.fotos.fuente:ciudadviva.gov.co

Esta rosa fue testigo...

Leon de Greiff


Vemos en primer plano los labios de un moribundo que susurra la palabra «rosebud» (botón de rosa), mientras su brazo izquierdo se desgonza, su mano se afloja y deja caer una bola de cristal que tiene dentro una casita en medio de falsa nieve que flota. Al oír el impacto de la bola contra el suelo, una enfermera que está en el cuarto contiguo entra apresurada y su llegada se ve reflejada en la bola de cristal: acaba de morir Charles Foster Kane, el magnate de la prensa de Estados Unidos. Es el comienzo de la película Citizen Kane, dirigida y actuada por un genio de 26 años llamado Orson Welles.

Welles comenzó siendo mago a los doce años, y en su última película, F for Fake, apareció como tal. En ocasiones sus asistentes fueron Marlene Dietrich (una de sus actrices preferidas) y Rita Hayworth (una de sus esposas preferidas). De mago pasó a hacer teatro, al que llamaba «un delicioso anacronismo». Fundó su propia compañía, Mercury, con la que alcanzó notoriedad. Pero su fama se expandió en 1938 cuando hizo creer a la audiencia radial estadounidense que los marcianos habían aterrizado en la soporífera Nueva Jersey. Welles había adaptado La guerra de los mundos de H. G. Wells con realismo tal que hubo escenas de pánico en la ciudad.

La radio le sirvió de trampolín para saltar al cine y su primera película fue producida precisamente por RKO Radio, que le concedió una libertad no usual para un principiante: además de director sería productor, podría participar en el guión y dirigir la edición. Sin embargo le dieron más libertad que plata, lo que le sirvió para aguzar su inventiva y sustituir ingeniosamente ciertos decorados con simples maquetas; hacía sentir la vastedad de unos ambientes, que dejaba sin iluminar, con efectos de eco aprendidos de la radio; usaba repetidamente los flashbacks, e incluso imitaba las viejas películas documentales o de noticieros lijando los negativos nuevos de manera que las rayas causaran el efecto de desgaste del tiempo.


El actor español Francisco Reiguera (refugiado en México) en el papel de Don Quijote

A pesar de que Citizen Kane fue su primera película, Welles demostró saber moverse como un conocedor en los meandros de Hollywood: exigió como director de fotografía a Gregg Toland, el mejor y más caro de su época. Como guionista escogió a Herman J. Mankiewicz, cuya principal credencial era haber sido uno de los diecisiete escritores —sin crédito— que trabajaron en el guión de El mago de Oz. Pero Welles, gran lector, recordaba haber gozado de estupendas críticas firmadas por él, aparecidas en revistas de su predilección como The New Yorker.

Aunque Welles siempre lo negó, su película Citizen Kane (apellido que en inglés suena como Caín) reflejaba la vida de William Randolph Hearst, dueño de treinta diarios y quince revistas. Las publicaciones de Hearst eran amarillistas (en ellas se originó el término) y, aunque a veces contrataba excelentes periodistas como Jack London, en realidad no estaban interesadas en la calidad de los contenidos sino en vender la mayor cantidad posible de periódicos. De Hearst se dice que en 1898 azuzó a los Estados Unidos para que entrara en guerra contra España, con el pretexto de ayudar a la liberación de Cuba, recurriendo a la explosión del Maine — un buque de bandera estadounidense anclado en el puerto de La Habana— a manera de justificación para iniciar la guerra, aun cuando muchos aseguran que la explosión fue provocada por los mismos norteamericanos.

A Hearst se le atribuye el concepto de que si no hay noticias hay que crearlas. Hearst, casado con Millicent Veronica Willson, sostuvo durante treinta años una relación amorosa fuera del matrimonio con la bella pero mediocre actriz Marion Cecilia Davies, cuya película más conocida fue Cecilia of the Pink Roses, filmada en 1918. Davies había empezado bailando con las famosas Ziegfeld Follies, de donde brincó al cine, medio en el que fue muy conocida sobre todo durante el período silente gracias a la cadena Hearst. Sin embargo, su carrera —no muy brillante pero constante— se vio en peligro con la inminente llegada del cine sonoro; a Hearst le preocupaba la tendencia de Marion a tartamudear, un tropiezo molesto para actores, reyes y presidentes. Pero ni siquiera toda la fuerza de las publicaciones de su amante logró que la carrera de la Davies fuera realmente triunfal.

En Citizen Kane, Susan Alexander, el amor de Kane, no es mediocre actriz sino anodina cantante de ópera. Pese a la desesperación de su maestro italiano de canto, Kane elogia la voz de Susan, le hace construir su propio teatro y le paga el montaje de óperas. Ni los trabajadores tras bambalinas —empleados del magnate periodista— la toman en serio. Como se ve, las coincidencias eran muchas pero no alcanzaban a justificar la inquina de Hearst contra la película.


DVD de la película Citizen Kane, dirigida y protagonizada por Orson Welles.

A pesar de la élite de talentos y de las nueve nominaciones, el único Oscar que recibió Citizen Kane fue por el guion, en cabeza de Mankiewicz y Welles. Aunque hay quienes dudan de la participación real de este último en el guion, aparte de las indicaciones que un director le suele hacer a su guionista. Y si en general a la gente no le gustó la película —no triunfó en las taquillas—, no fue solo por la tenaz campaña de desprestigio que contra ella orquestó Hearst, sino por la novedad y complejidad del lenguaje de la obra misma. (Algo similar a lo que en un principio les sucedió, en el campo literario, a Proust y a Joyce al publicar obras que eran verdaderamente revolucionarias en su forma.)

Citizen Kane se tradujo en algunos países de habla hispana como Ciudadano Kane. En Colombia se presentó como El ciudadano, y cuando en Medellín la estrenaron en el teatro Junín apenas si duró un día y la vieron contadas personas que salieron descontentas. Lo que es comprensible. La película era difícil de entender para los aficionados de principio de los cuarenta, acostumbrados a narraciones lineales, así como a temas predecibles, conservadores y convencionales. Este filme es considerado por muchos —pónganme en la lista— como el más importante de toda la historia del cine. Si a algunos de los que la ven ahora no les parece novedosa, es porque han pasado setenta años y sus aportes han sido tan saqueados que parece que quienes tuvieron inventiva fueron los imitadores, no el creador. Pauline Kael, colaboradora del New Yorker y tal vez la mejor crítica de cine de los Estados Unidos en la segunda mitad del siglo XX, decía que era «la única película americana del cine parlante que no había envejecido».


Era un maestro en encontrar nuevas maneras de ver cosas que otros no habían visto en absoluto.
Gore Vidal

Bohemio y desorganizado, Welles saltaba de un proyecto a otro, dejando el anterior a medio hacer. Era muy irregular también editando sus obras; sostenía que el montaje era infinito, lo que va en contravía de las necesidades comerciales de los productores, que desean terminar su película para empezar a recuperar la inversión. Muchos de sus filmes le fueron prácticamente arrebatados antes de que los finalizara (entre ellos, uno de los más interesantes, The Magnificent Ambersons), con la afortunada excepción de Citizen Kane.

Hombre culto y gran lector, sus autores preferidos era Michel de Montaigne y Cervantes. Trabajó catorce años en una versión personal del Quijote, sin llegar a terminarla. Encontró el actor perfecto en Paco Reiguera, un refugiado español residente en México que había participado en 127 películas, incluyendo una versión de La vorágine filmada en 1949. Pero se demoró tanto en el rodaje (catorce años) que, cuando empezó, la Dulcinea del Toboso (Patricia McCormack) era una niña de nueve años, y al volver a retomar la filmación, once años más tarde, la actriz ya era toda una mujer de veinte años. Y las imágenes, naturalmente, no casaban.

Se dice que Welles influyó en películas en las que apenas era actor, como El tercer hombre, con guion de Graham Greene y dirección de Carol Reed. Él siempre lo negó, aunque un crítico de la época dijo que esa película hubiera tenido una forma completamente diferente sin el antecedente de Citizen Kane. Su único aporte comprobado a esta película es un delicioso diálogo, al pie de una rueda de Chicago, con su amigo y perseguidor, a quien le expresa que

En Italia, durante treinta años bajo los Borgia, tuvieron guerras, terror, asesinatos, baños de sangre, pero produjeron a Miguel Ángel, Leonardo da Vinci y el Renacimiento. En Suiza, mientras tanto, gozaron de amor fraternal; tuvieron quinientos años de democracia y paz, ¿y qué produjeron? El reloj cucú.

Aparentemente perfecta, Citizen Kane no deja de tener sus fallas, y el crédito de haberlas descubierto se lo lleva la crítica Pauline Kael. Al principio de la película se proyecta un documental que resume la vida del tycoon. Quienes lo deben aprobar consideran que le falta algo —sin saber muy bien qué—, algo que diferencie ese obituario filmado de las demás notas que van a pulular. Y a uno de los presentes se le ocurre que lo mejor sería investigar qué quiso decir Kane al murmurar «rosebud» antes de morir. Anota la Kael que cuando el magnate muere no había nadie en la habitación, y por lo tanto ninguna persona pudo haber oído la famosa palabra. Y agrega que el periodista que hace la investigación (para un documental de cine) va a todas partes sin camarógrafo. De todas maneras, el reportero no encuentra a nadie que le ayude a desentrañar el significado de la palabra «rosebud».

Al principio de la película se ve a un Kane niño deslizándose en un trineo por una colina cubierta de nieve. Y la toma final muestra el mismo trineo arrojado al fuego a manera de laico auto de fe, en el que queman cosas viejas o inútiles, como aquel trineo de la niñez que sin embargo quiso conservar toda su vida. La cámara se acerca con cautela al trineo que arde y en la parte superior se alcanza a leer a través de las llamas una palabra cuya pintura se va disolviendo y se desvanece lentamente como quien va muriendo: «Rosebud».

Gore Vidal, en artículo titulado «Recordando a Orson Welles», que apareció en junio de 1989 en The New York Review of Books, al referirse a «rosebud» recuerda que el trineo chamuscado lo compró Spielberg en una subasta por 55.000 dólares, y da su personal versión de lo que «rosebud» quería decir: «En la vida real, Hearst llamaba así al clítoris de su amante, Marion Davies».

1/6/11

Cuando se termina el amor

Blue Valentine, un filme independiente que examina el comienzo y el fin de una pareja
Blue Valentine, un filme independiente que examina el comienzo y el fin de una pareja. foto:Distribution Company.fuente:adncultura.com

Como los protagonistas de la película con la que adquirió reconocimiento mundial, Derek Cianfrance debe de haber viajado muchísimas veces entre el pasado y el presente durante los 12 años que tardó en transformar el primer borrador de Blue Valentine en uno de los títulos del cine independiente norteamericano de los que más se habló en los últimos tiempos.

A la película, cuyo estreno local anuncia para el jueves Distribution Company luego de varias postergaciones y con el título complementario de Una historia de amor , no le faltaron reconocimientos, empezando por la nominación al Oscar como mejor actriz que la Academia de Hollywood otorgó a Michelle Williams.

Pero al mismo tiempo debió afrontar no pocos contratiempos y disgustos. A propósito del Oscar, los muchos críticos que en Estados Unidos elogiaron la película sin retaceos todavía no encuentran razones para justificar la exclusión de Ryan Gosling entre los cinco nominados a mejor actor. Antes de eso, Blue Valentine debió exponerse a un largo debate en el que volvió a hablarse en Estados Unidos de censura.

El film describe sin tapujos y en un tono descarnado la vida de un matrimonio en crisis, preguntándose a través de un juego permanente de idas y venidas en el tiempo cuáles fueron las razones que frustraron el futuro venturoso que la pareja protagónica vislumbraba en sus primeros encuentros.

En una de las secuencias del film se describe un encuentro sexual en el que las miradas resultan mucho más explícitas que la exhibición de los cuerpos. Esas imágenes incomodaron a la comisión calificadora de la Motion Pictures Association of America, organismo que reúne a los siete estudios más poderosos de Hollywood y, a la vez, determina a qué tipo de público corresponde la visión de cada film por estrenarse. A Blue Valentine le tocó un NC-17 (sólo apta para mayores de 17 años), valoración reservada sólo para los títulos de violencia extrema y sexo explícito, y que además determina en los hechos severas limitaciones para la exhibición comercial.

Un fuerte reclamo de los responsables del film, que invocaron la aplicación de un "doble estándar" por parte de la MPAA para la observación del erotismo en el cine, llevó a que se aceptara una revisión del veredicto y, por decisión unánime, la película fue recalificada con una puntuación más benigna.

Las contrariedades no terminaron allí. En verdad, Blue Valentine tiene detrás de las cámaras una larga historia de desencuentros, postergaciones y complejidades, algunas de ellas deliberadamente buscadas por un realizador que quiso darle al relato el máximo realismo y la más potente verosimilitud.

Como dijimos, la primera versión de este relato sobre la amarga realidad de un matrimonio que nació feliz, tuvo una hija y en la actualidad de la trama enfrenta una crisis profunda fue concebida por Cianfrance en 1998. Las sucesivas correcciones en el texto original tuvieron que ver tanto con el estado anímico del director ("No creo que hubiese escrito esta historia sin haber pasado por la experiencia personal de ser esposo y padre", se justificó) como con la decisión de sostener contra viento y marea la primera elección de los nombres de sus protagonistas, los cada vez más ponderados Williams y Gosling.

La actriz aceptó sumarse al proyecto en 2003, antes de obtener su primera nominación al Oscar por Secreto en la montaña. Pero la inesperada pérdida de su esposo Heath Ledger, protagonista, además, de ese film, obligó a Cianfrance a postergar más de lo pensado el comienzo del rodaje. En cuanto a Gosling, incorporado en 2005, aparecieron de su lado algunos reparos a propósito de la idea del director de contar la historia a través de permanentes flashbacks entre el pasado y el presente. Según cuenta The New York Times, el actor pensó en rodar imágenes de uno y otro tiempo con seis años reales de diferencia, pero todo se resolvió con un aumento de peso y otro corte de pelo.

Una vez resuelto este tema y con la producción ya sin obstáculos, Cianfrance decidió emplear recursos bien marcados para mostrar las diferencias de tiempo y de ánimo en la vida de la pareja central. Las escenas del pasado se rodaron al principio con cámara en mano y, por lo general, en una primera y única toma para captar mayor espontaneidad. Para los momentos actuales, se eligió una cámara de video de alta definición y el mayor acercamiento posible a los rostros de Williams y Gosling, para dar una impresión de claustrofobia.

A la vez, seguramente inspirado en buena medida por el cine de John Cassavettes, Cianfrance buscó un método que permitiera mostrar la imagen más honesta ("al extremo de la vergüenza", según sus palabras) de la situación que viven sus personajes. En su afán por construir la película "más vivible y respirable que pueda imaginarse", convenció a Williams y Gosling para que convivieran con él durante un mes en una casa de Pensilvania, muy próxima al lugar en el que se ambienta la trama.

Dispuesto a llegar al límite, incluso alentó a los actores a discutir entre ellos a partir de situaciones domésticas planteadas espontáneamente. Según revelan algunas indiscreciones, hasta impulsó a Gosling para que una noche le propusiera a Williams intimar con él. La respuesta negativa de ella, al parecer, sumó unos cuantos puntos en la cuenta de Cianfrance: si quería contar la más amarga historia de amor, también logró que esos sentimientos afloraran más allá de la ficción.